TURISMO INTERNACIONAL:
Fernando de Noronha:
"El paraíso es aquí"
CReserva ecológica y meca del buceo, este archipiélago del Nordeste Brasileño es un oasis de aguas cálidas y transparentes, con playas paradisíacas rodeadas de grandes selvas tropicales. Primero hay que caminar por un sendero selvático. Luego se bajan dos escaleras metálicas, angostas y empinadas, ubicadas en la abertura de unas rocas enormes. Una vez que se sortearon esos inesperados obstáculos y con el equipo de snorkel intacto en el hombro, aparece un nuevo desafío para el estado físico: varias decenas de escalones de piedra, uno más alto que el otro. Finalmente, los pies se hunden en la arena de la Bahía de Sancho y uno comprueba que valió la pena el esfuerzo que demandaron los 50 metros de acantilados y que su fama no era exagerada... ¿Cómo no sospechar que estamos en una de las playas más hermosas del mundo? Los peces de colores nadan hasta en la orilla, el mar es cálido y turquesa con olas mínimas, la vegetación es exuberante, el cerco de paredes rocosas forman piscinas naturales... Suena raro a la distancia –en tiempo y espacio–, pero durante algunas horas, toda nuestra atención estuvo enfocada en seguir con la mirada a una veloz tortuga marina, adivinar la silueta de algún delfín en el horizonte y esquivar un par de embarcaciones (la otra manera de acceder a esta playa). Nunca como entonces, las palabras del guía resultaron tan sabias y certeras. Porque como bien había advertido Márcio, "en Fernando de Noronha, el cuerpo se cansa pero la mente descansa".
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