El Caribe guarda bajo sus aguas grandes tesoros, naves mercantes, galeones españoles, barcos piratas con una inmensa fortuna en oro, plata y joyas hundidos por las grandes tempestades marinas y huracanes, enterrados durante siglos entre las arenas del fondo esperando a ser descubiertas por algún intrépido aventurero. Al menos esa imagen guardamos en nuestras cabezas desde nuestra más tierna infancia. No obstante, el tesoro más preciado que esconden estas aguas tropicales son los arrecifes coralinos, una comunidad marina que ofrece uno de los escenarios más bellos y espectaculares de la Naturaleza. Esta increíble estructura arquitectónica submarina esta edificada por unos diminutos y primitivos animales, los corales, cuya capacidad de construir esqueletos de carbonato cálcico les permiten formar una estructura sólida donde conviven gran cantidad de formas de vida que, aprovechando los numerosos hábitats y microhábitats presentes en los arrecifes, pueden reproducirse y obtener refugio y alimento. Siendo uno de los ecosistemas más antiguos y biológicamente más diversos de la Tierra, es lógico que sean esenciales para la vida de este planeta. Por desgracia en la actualidad están siendo degradados y destruidos por la acción humana, estando amenazados por el cambio climático, la acidificación de los mares, la pesca abusiva, la contaminación, etc. Los expertos pronostican que los arrecifes de coral de todo el mundo desaparecerán en menos de 50 años si antes no se toman medidas para evitarlo.
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Muchos científicos vienen advirtiendo que los arrecifes de coral están sufriendo un declive a nivel mundial, pasando de ser comunidades complejas de una inmensa biodiversidad dominadas por corales, a comunidades más bien sencillas, pobres y dominadas por algas. De hecho en el Caribe el 80% de los arrecifes coralinos han desaparecido en las últimas tres décadas y también un 50% en la Gran Barrera Coralina en Australia; a nivel mundial más del 30% de las especies de coral están en grave peligro de extinción. De esta manera, por ejemplo, a principios de los años 80 del pasado siglo XX los corales duros Acropora palmate y A. cervicornis eran dominantes en el Caribe; sin embargo, en 2009 estas especies de corales duros han sido incluidas en la lista de especies en grave peligro de extinción.
Emblanquecimiennto
Las principales amenazas que están padeciendolos arrecifes coralinos a nivel mundial son el calentamiento global y la acidificación de los océanos. No obstante, éstos no son los únicos peligros a los que están expuestos estos ecosistemas, ya que los riesgos a nivel local también son importantes, como por ejemplo, la contaminación y la sobrepesca, sobre todo de especies de peces herbívoras. Uno de los principales problemas a los que se enfrentan los arrecifes es el emblanquecimiento de los corales (coral bleaching), fenómeno debido a la expulsión de las zooxantelas, las algas microscópicas que viven en simbiosis en el tejido de los corales. El primer episodio grave de emblanquecimiento que fue observado en el Caribe ocurrió en 1998, a pesar de que otros años fueron más calurosos que ése, como ocurrió en 1932 y 1958. Esto sugiere que la temperatura no es más que un factor más en esta ecuación mortal, a la que se suman también la actividad humana, que provocarían una disminución en la resistencia de los corales al calor, aumentaría el riesgo de éstos al emblanquecimiento y retrasaría su recuperación. En 1998 la recuperación de los arrecifes, por ejemplo de la especie Monastraea faveolata, llevó 8 años en zonas afectadas por actividades humanas y solamente 2-3 en zonas libres de ellas.
Algas agresivas
Pero el emblanquecimiento es solamente una parte del problema, ya que las enfermedades de los corales también han aumentado drásticamente, a la par que el aumento de la temperatura. Además el declive de los corales y el aumento de las algas son una terrible consecuencia tanto del emblanquecimiento como de las enfermedades coralinas. Y una vez que las algas son dominantes, la desaparición de estos ricos ecosistemas sólo es cuestión de tiempo, de poco tiempo. Según muchos científicos, como el Dr. Hay y su grupo de la Universidad de Georgia (USA), las algas dañan a los corales de diversas maneras. Por una parte dificulta su crecimiento, impide el establecimiento de las larvas de coral en nuevos sustratos entorpeciendo la aparición de nuevos individuos. Además muchas sustancias químicas segregadas por las propias algas, que en muchos casos sirve para su defensa y para luchar contra competidores, daña directamente a los corales, ya frágiles, matándolos inexorablemente. Por lo tanto, las algas perjudican a los corales ya sea mediante el contacto directo de éstas con el tejido de los corales o mediante la segregación de productos químicos dañinos para los corales.
Herbívoros esenciales
Si a esto se le suma la disminución de la población y diversidad de los animales herbívoros, tanto peces como los loro (Sparisoma aurofrenatum y Scarus taeniopterus) y los cirujano (Acanthorus bahianus) debido a la sobrepesca, y de invertebrados como el erizo Diadema antillorum, cuya población disminuyó drásticamente en 1980, es fácil comprender la magnitud del problema al que se enfrentan no solo estos frágiles ecosistemas sino también los océanos y nuestro planeta en su totalidad. Por otra parte, diversos estudios han demostrado que tras un episodio de emblanquecimiento sufrido por corales en zonas protegidas, libres de actividades humanas como la pesca y la contaminación, la recuperación de éstos fue mucho mas rápida que la ocurrida en zonas no protegidas. Esto se debe a que en zonas protegidas las poblaciones de los herbívoros son mucho más abundantes tanto en individuos como en especies. Así las diversas especies de animales se alimentan de diferentes tipos y especies de algas, ya sean algas filamentosas, como macroalgas, favoreciendo no solo la recuperación de corales afectados por enfermedades, sino el establecimiento de nuevos individuos de corales surgiendo nuevos arrecifes, lo que favorecerá el aumento de la biodiversidad animal, y esta a su vez, fortalecerá los ecosistemas coralinos.
Sin embargo, según el dr. Hay y su grupo de investigadores, la creación de áreas marinas protegidas no es suficiente por si sólo para la protección y recuperación de los arrecifes coralinas. Si la población de los herbívoros no es suficientemente abundante y biodiversa, la recuperación de los arrecifes coralinas podría fracasar estrepitosamente. Por ello es esencial la desaparición de la sobrepesca selectiva de especies herbívoras, lo que mejoraría su crecimiento, reproducción y el reclutamiento de las larvas en los arrecifes, aumentando su población y su biodiversidad, lo que conllevaría el fortalecimiento de los ecosistemas y su capacidad de hacer frente a futuros pero certeros episodios de emblanquecimiento y enfermedades de los corales.
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