2012-01-12
12/01/2012 Protección de las riquezas marinas



Iniciativas como la declaración de la primera Área Marina Protegida de España, la declaración de ZEPA marinas y el Proyecto LIFE+ INDEMARES promueven la conservación de la biodiversidad marina en nuestro país. España es uno de los países europeos más ricos en biodiversidad marina. Pero en sus 8.000 km de costa viven alrededor de 23 millones de personas, un 58% de la población total española. Esta importante presencia humana en el litoral provoca una presión sobre el medio marino que está afectando a la salud y la biodiversidad de los océanos. En este contexto, la protección de los mares se convierte en una necesidad ineludible y urgente.


En España, una cuarta parte del territorio terrestre forma parte de la Red Natura 2000, la red ecológica europea de áreas de conservación de la biodiversidad. Sin embargo, no ocurre lo mismo con el medio marino, donde la protección de sus ecosistemas se encuentra en una fase de desarrollo mucho más temprana. Con el objetivo de avanzar en la protección de los ecosistemas marinos con mayor valor ecológico y con mayor presencia de biodiversidad, el Gobierno del Estado y algunas organizaciones sin ánimo de lucro han impulsado una serie de iniciativas que empiezan a obtener sus primeros frutos.
 
La declaración de la primera Área Marina Protegida de España, de las ZEPA marinas de España y el Proyecto LIFE+ INDEMARES son tres ejemplos en este sentido.

¿Qué son las Áreas Marinas Protegidas?


La protección de zonas de alto valor ecológico en el mar tiene su máximo exponente en las Áreas Marinas Protegidas (AMP). Esta figura es gestionada mediante una aproximación ecosistémica y holística, es flexible y se desarrolla sin menoscabo del establecimiento de otras medidas sectoriales, como pueden ser la creación de Reservas Marinas de interés pesquero o de Áreas Especiales para la Navegación (estas últimas bajo el amparo de la Organización Marítima Internacional). Con las AMP se pretende proteger, conservar y restaurar especies, hábitats y procesos ecológicos que se han visto afectados como resultado de diversas actividades humanas. Del mismo modo, y actuando de manera preventiva, se pretende controlar la degradación futura y el daño a especies, hábitats y procesos ecológicos aún no estudiados o desconocidos. Algunos países establecieron sus primeras AMP hace ya varias décadas y en 1997 existían cerca de 4.000 AMP en más de 80 países, siendo la más extensa de todas ellas la Gran Barrera de Coral australiana. Esta cifra representa únicamente el 1% de los mares del globo. En la X Conferencia de las Partes del Convenio de Diversidad Biológica, celebrada en Nagoya (Japón, 2010), se adoptó que en el año 2020 al menos el 10 por ciento de las zonas marinas y costeras, especialmente aquellas de particular importancia para la diversidad biológica y los servicios de los ecosistemas, deben estar conservados por medio de sistemas de áreas protegidas.

 

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