2012-01-03
03/01/2012 El pez robot se probará en Gijón




Aguas de El Musel, de la playa de San Lorenzo y, en definitiva, del litoral gijonés, serán a mediados del próximo mes de mayo escenario de la prueba final del llamado pez robot, es decir, del proyecto europeo encaminado a poner en funcionamiento permanente unos artilugios con forma de delfín capaces de detectar cualquier índice excesivo de contaminación marina y proporcionar de forma inmediata la información oportuna para combatirla.


La Autoridad Portuaria de Gijón es la entidad española socia del proyecto, desarrollado en lo que a tecnología se refiere por la British Maritime Technology en colaboración con las universidades de Cork y Glasgow.

En cualquier caso, la financiación principal corresponde a la Comisión Europea, que será la entidad que otorgue tras las pruebas correspondientes las licencias para la explotación a las empresas interesadas en invertir, ya que el proyecto hasta ahora desarrollado es de investigación y la explotación industrial es otra fase posterior y claramente diferenciada.

A la espera de lo que ocurra en aguas gijonesas, todo hace pensar que habrá empresas interesadas en fabricar los peces robot, ya que el mercado potencial es amplio en el marco europeo y mundial.

Son muchas las entidades interesadas en controlar de forma eficaz y barata la calidad de las aguas, ya sea por obligación legal (puertos) o por repercusión económica (derivada de la obtención o mantenimiento de distintivos medioambientales como las banderas azules o para mejorar el rendimiento de la acuicultura marina).

El caso es que el próximo año finaliza el proyecto europeo del pez robot y los resultados de la investigación serán experimentados en Gijón antes de que el mercado decida si tendrá continuidad o no.

La Laboral, durante la celebración en 2010 del Día Marítimo Europeo, fue ya escenario de unas primeras pruebas con modelos pioneros que se alejan bastante de lo que será el prototipo final, especialmente en lo que se refiere a peso y tamaño. La necesidad de que el pez robot esté operativo en mares como el Cantábrico durante la mayor parte de los días en cualquier estación del año, junto a la complejidad de los mecanismos necesarios para detectar muy distintos tipos de contaminación, obligó a aumentar la envergadura inicial del pez robot.
Se trata de que unas máquinas con forma de pez patrullen libremente las aguas, dentro de los límites que les son marcados, para detectar sin demora, incluida la celeridad que aporta el análisis inmediato de sustancias, la contaminación marina.

 

<ATRAS

Copyright (c) 2001 BUCEO XXI - S.G.I. Asociados - Todos los derechos reservados