2011-12-29
29/11/2011 El legado póstumo de Cousteau



Si Rodríguez de la Fuente nos transportó al mundo de la naturaleza y de la biodiversidad y Julio Verne nos enseñó la aventura y la ciencia, Jacques Cousteau nos reveló las maravillas del mundo submarino, sus habitantes, las cuevas subterráneas, lo corales de mil colores y el mundo mágico del mar. Lo que antes sólo podíamos intuir en los acuarios, el nos dejó kilómetros y kilómetros de cinta grabada en sus documentales traducidos a todas las lenguas del mundo.

Con su gorro rojo y a bordo del Calypso, surcó todos los mares y océanos, nos mostró también la belleza de los cetáceos, su vida, sus costumbres, el mundo mágico que Julio Verne nos quiso hacer soñar con “20.000 leguas de viaje submarino” y que Cousteau, paisano suyo, logro hacer realidad. Pero además de toda la belleza submarina que supo transportar a las pantallas de la televisión y cine en cientos de documentales, también nos dejó un legado póstumo, una advertencia a la humanidad, un mensaje que muy pocos han sabido recoger y que otros han pretendido ocultar. Como si supiera que pronto le llegaría la hora de abandonar este mundo hermoso lleno de maravillas pero también de horrores cometidos por los humanos, quiso escribir un último libro que fuera un mensaje para las generaciones futuras, para esos niños que veían sus documentales y de mayores se enfrentarían a una sociedad gravemente manipulada por ocultos poderes financieros.
 
Con este pensamiento, se reunió con Susan Schiefelbein, que fue editora de la Saturday Review y periodista, escribiendo guiones de muchos de los documentales de Cousteau. Durante semanas, Susan fue escribiendo lo que Jacques quería expresar y denunciar de forma contundente. El libro titulado “Los humanos, las orquídeas y los pulpos. Explorar y conservar el mundo natural” no fue publicado hasta 2007, diez años después de escribirlo, lanzándonos claras advertencias para la humanidad. ¿Por qué se tardo tanto tiempo? ¿Qué era lo que impedía su publicación ante un personaje como el de este gran científico?
 
Pero curiosamente ha sido descatalogado, olvidado de forma intencionada una vez más, escondido y tachado de revolucionario por algunos que le cerraron las puertas aún estando con vida. Desde el otro lado del mar donde descansa eternamente Cousteau, este rey del mar, genio de la vida marina, nos abre después de tantos años de silencio, su corazón y su mensaje para que quede grabado en la frente de la sociedad adormecida. Susan, en el Epílogo del libro nos dice: “Jacques-Yves Cousteau y yo, acabamos este libro poco antes de su muerte en 1997. El y yo habíamos colaborado en varios proyectos durante más de veinte años.......Durante esos años, Cousteau hizo muchas advertencias sobre las direcciones que estaban tomando los seres humanos. Siempre que se presentaba a la perspectiva de una calamidad, buscaba una salida. Su clarividencia demostró ser excepcionalmente clara. Algunas de las puertas de salida que él había identificado, por desgracia se han cerrado desde entonces. Pero la mayoría de sus soluciones no sólo siguen siendo válidas sino que requieren una atención urgente”.

 

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