Panticosa es desde hace años gracias a la Escuela Española de Buceo Bajo Hielo referente nacional de esta modalidad. El último fin de semana de enero se realizó un curso de buceo bajo el hielo para instructores y una jornada de tecnificación, en la que participaron 46 instructores llegados de toda España. Durante dos días recibieron clases teóricas y de puesta al día en distintos aspectos y realizaron inmersiones bajo hielo en el Ibón de Baños en el Balneario de Panticosa. El curso estaba organizado por la Federación Española y la Aragonesa, a través de la Escuela de Panticosa, que contó con el apoyo del grupo de rescate de la Guardia Civil (GEAS) para impartir los temas de seguridad y para prestar asistencia. Este es el cuarto año que se celebra el curso, que ha ido progresivamente aumentado su número de participantes. Uno de los encargados del curso. Mikel Orúe, señala que el buceo bajo hielo es ante todo un "buceo técnico, muy diferente al buceo en la costa". La principal diferencia, explica, está en la presencia del techo formado por el hielo, pero también en la baja temperatura del agua y la altitud sobre a la que se bucea, que varía las cotas de profundidad y descompresión. Son aspectos que hay que tener muy en cuenta y se precisa un conocimiento amplio para practicarlo. De hecho, Orúe señala que se exige a los participantes en el curso tener dos estrellas, un grado de buceo elevado. Técnicamente Orúe explica que otro aspecto fundamental y diferenciador del buceo bajo hielo es que la entrada y la salida debe hacerse por el mismo punto, donde se ha abierto la capa de hielo. Para ello se emplea un cabo-vía, señales y se emplea un material específico, cuyo manejo ha sido una de las materias de este curso.
Las inmersiones no suelen llegar a mucha profundidad. "Se suele estar junto al hielo, para ver la luz filtrarse y es donde se dan sensaciones totalmente diferentes", comenta.

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