2011-10-11
11/10/2011 "Pónganse el traje de luces que nos vamos a ver el volcán"


La Restinga se convirtió ayer en territorio comanche para el vulcanismo mundial
Los buceadores no renunciaron a sus inmersiones y alguno "ni sabía que había un volcán". Varios buceadores que llegaron a El Hierro para preparar el Open Fotosub se encontraron ayer con la erupción volcánica. A pesar del contratiempo, se enfundaron los trajes y pusieron a punto los equipos para hacer sus inmersiones en La Restinga.


Venga, venga. Pónganse el traje de luces que nos vamos a ver el volcán". Así, con la alegría metida en el cuerpo Joseba Odriozola arengaba a sus buceadores a subirse a la zódiac. Eran las cuatro y media en punto en La Restinga, territorio comanche para el vulcanismo mundial; ayer el lugar de cotilleo más frecuentado del Paralelo 28. "Quiere que le diga la verdad, dicen que el volcán está en erupción en alta mar, pero nosotros no nos hemos enterado", explica este vasco afincado en El Hierro desde hace dos años como instructor de buceo.

"A primera hora hicimos una inmersión y al llegar a tierra nos avisaron de todo y nos dijeron que no saliéramos por el momento. Había helicópteros volando sobre La Restinga y mucho revuelo, pero luego nos dijeron que podíamos bucear, y allá vamos". Junto a él, revisando el regulador, Ion Carnel, recién aterrizado en El Hierro procedente de Rumanía para participar en el Open Fotosub que tiene previsto celebrarse desde el próximo día 15. "Yo ni sabía que había un volcán por aquí", comenta en un más que aceptable acento español, entre las risas de sus compañeros de inmersión, que apuran la revisión del equipo.


"Yo buceé esta mañana y la verdad es que no he notado nada. Simplemente que me pareció a mí que hay menos peces que en otras ocasiones en las que he venido a El Hierro. No sé si tendrá que ver con la erupción". Al habla Nano Cordobilla, fotógrafo submarino que se vino a La Restinga un par de días antes del inicio de la competición del Open Fotosub para entrenar. "Esta mañana hubo muchos nervios y descontrol, pero ya está todo normalizado y aquí nos ve, rumbo al agua para ver si aparece el volcán", ríe.


Joseba Odriozola toma la palabra para hablar de las últimas horas en La Restinga: "El temblor del sábado sí que fue fuerte. Muy fuerte", explica. "Todo el pueblo se asustó y salió a la calle. Había mucha gente nerviosa". A treinta metros de la expedición de buceo, Antonio Mora, nacido en La Gomera pero criado en El Pinar (El Hierro), apura el buchito de café. "¿El del sábado? Eso fue tremendo. Yo estaba en la cocina y se movieron todas las puertas de la casa. Madre mía, ¡qué susto!", suspira a la fresca de una sombrilla en uno de los bares de la avenida de La Restinga, epicentro mundial del vulcanismo.


Manuel Álvarez Espinosa, próximo a cumplir los 68 años, asegura: "Mi mujer y yo no nos hemos ido de aquí por mis hijos y mis seis nietos, pero si fuéramos ella y yo solos, entonces ya habríamos cogido rumbo a Tenerife o La Gomera. Yo nací en La Gomera aunque me vine a El Hierro a los siete meses". Pescador de toda la vida, conocido en la Isla por ser uno de los tres marineros de La Restinga que en 1983 naufragaron en una embarcación y quedaron nueve días a la deriva "sin comer ni beber", este hombre y su esposa también se sobresaltaron el sábado, con el temblor de 4,4 grados en la Escala Richter que registró el Instituto Geográfico Nacional (IGN). "Me levantó del sillón, oiga. Estaba en el sillón viendo la tele y di un brinco del temblor tan fuerte. Como ese no ha habido ninguno", sentencia.


Cae la tarde en La Restinga entre una nube de periodistas que se apresuran en busca del testimonio en primera persona. Hacía tiempo que no había tanta actividad en un pueblo tan tranquilo que sobrevive gracias a unas decenas de pescadores que quedan y al emergente turismo de buceo.

Fuente: www.laprovincia.es

 

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