El Gobierno balear impondrá sanciones de entre 100 y 450.000 euros a las embarcaciones que fondeen de forma incontrolada y ocasionen daños en las praderas de posidonia, planta vital para el ecosistema marino de la zona. Su superficie se ha visto reducida en los últimos años entre un 30 y un 40% por una combinación de desconocimiento de los patrones de los barcos -no saben que estos bosques son esenciales para la reproducción de los peces y la conversión de CO2 en oxígeno- y la pasividad de las autoridades. De hecho, al inicio de este conflicto que dura ya semanas, el Ejecutivo afirmó que no podía controlar el fondeo de yates. La consejería de Medio Ambiente ha puesto en funcionamiento seis embarcaciones que vigilarán las nueve zonas del litoral balear consideradas Lugar de Interés Comunitario (LIC). Las naves que controlarán las zonas calientes contarán con la presencia de un agente de medio ambiente, que podrá imponer sanciones en caso de detectar irregularidades. Las multas irán desde los 100 euros a los 6.000 en caso de que la infracción sea leve, entre los 6.001 euros y los 100.000 si es una falta grave, y hasta los 450.000 euros si se trata de una falta muy grave. Este último caso podría darse, por ejemplo, con un vertido incontrolado en una zona protegida. Un fondeo sin permiso se considerará una falta leve. La Consejería de Medio Ambiente asegura que la vocación de la medida no es sancionadora, sino de prevención para evitar que se cometan irregularidades. Los patrones de las embarcaciones de vigilancia informarán a los barcos de la importancia ecológica de la posidonia y de las zonas en las que está permitido fondear.
La vigilancia se mantiene hasta el próximo 18 de septiembre, cuando el fondeo de embarcaciones comience a perder fuelle por el adiós de la temporada turística. Todas las zonas de alto valor cuentan con este tipo de alga, que estructura el fondo y crea el hábitat de más de 400 plantas y 1.000 animales. Es alimento, escondite y lugar de reproducción de numerosas especies. Las extensiones de posidonia se alargan desde las imponentes praderas de Ses Salines, que abarcan el sur de Ibiza y el norte de Formentera, hasta el Parque Nacional de Cabrera, la Bahía de Alcùdia y Pollença en el norte de Mallorca, y la Bahía de Palma.
Fuente: www.elpais.com Foto: Un buzo señala el ancla y el destrozo que causa en la pradera de posidonias.- MANU SAN FÉLIX
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