2011-05-18
18/05/2011 Argentina lanzará un satélite que detectará corrientes marinas


El SAC-D Aquarius, construido por la Conae, se pondrá en órbita el 9 de junio, desde Estados Unidos. Es un verdadero observatorio espacial que medirá salinidad del mar, evaluará el cambio climático y podrá detectar pesca nocturna ilegal.


Se completó la revisión final de los sistemas que, desde la estación terrena de la Comisión Nacional de Actividades Espaciales (Conae) en Córdoba, operarán el satélite SAC-D Aquarius, cuya puesta en órbita se prevé para el 9 de junio, desde Estados Unidos. Funcionará como un verdadero observatorio espacial. Entre sus prestaciones se incluirá, por primera vez en la historia de los satélites, la medición de la salinidad de los océanos, que permitirá mapear las corrientes marinas y así evaluar el cambio climático.

Otro instrumento monitoreará eventuales incendios o erupciones volcánicas. Otro, que capta luces de baja intensidad en la noche, ayudará a controlar la pesca en el Mar Argentino, e incluso podrá utilizarse para estimar el desarrollo económico a partir de la luminosidad de ciudades, pueblos y caminos. Otro de los aparatos evaluará el efecto de la radiación cósmica sobre aparatos electrónicos, como parte de un proyecto internacional para mejorar la seguridad del instrumental de aeronavegación. Entretanto el satélite argentino SAC-C, cinco años después de la finalización prevista de su vida útil, sigue en uso, aportando datos para la agricultura.


El nombre de "Aquarius" se lo han puesto porque el principal instrumento que contiene está dedicado al acuario más grande de todos: los océanos. En rigor, "el Aquarius es uno de los ocho instrumentos que componen el observatorio espacial -precisó Sandra Torrusio, investigadora principal de la misión SAC-D Aquarius-: sirve para estimar la salinidad en los océanos. Este dato es importante para trazar modelos climáticos: hasta ahora la salinidad se había medido sólo desde boyas o embarcaciones. Es un dato importante porque el agua más salada es densa y tiende a hundirse, mientras que la menos salada queda en la superficie: esto altera las corrientes marinas, que a su vez afectan la atmósfera". El Aquarius medirá la sal aprovechando que la superficie del mar emite radiación de microondas y que éstas varían según el grado de salinidad.


Otro instrumento "permite recibir datos desde estaciones meteorológicas situadas en lugares remotos, que así pueden operar en forma automática"; otro "estudiará los micrometeoritos y la numerosa ‘basura espacial' que circula alrededor de la Tierra"; otro "permitirá analizar cómo la radiación cósmica afecta a distintos aparatos electrónicos como los que llevan los aviones, en orden de mejorar la seguridad aérea", contó Torrusio.

 

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