2010-12-28
28/12/2010 El barco solar llega a Colombia




Desde hace 81 días, el barco Tûranor PlanetSolar recorre el océano Atlántico. La embarcación salió de Mónaco, cruzó el Mediterráneo, pasó por Cancún y  desembarcó en la ciudad de Cartagena. La nave, de 31 m de largo y 15 m de ancho, se alimenta totalmente por la energía que producen 540 metros cuadrados de paneles solares que se extienden por la cubierta. “Nuestro propósito es atraer la atención hacia el uso de tecnología de energías sostenibles en la movilidad. De esta forma queremos mostrar e impulsar soluciones alternativas para el futuro de las grandes ciudades”, dijo Raphaël Domjandia, fundador del proyecto Planet Solar.

La embarcación, que navega bajo la bandera de Suiza, es propiedad del empresario alemán Immo Ströher. Cuenta con una tripulación de seis integrantes, entre quienes hay cinco hombres y una mujer, todos a cargo del experimentado capitán francés Patrick Marchesseau. Aunque por fuera parece un lujoso y extraño yate, sus integrantes aseguran que es un barco de aventura y expedición, “no es nada opulento”. Cada uno de ellos tiene su cabina personal y bajo su cubierta la nave cuenta con una pequeña sala comedor, tres baños, una despensa y tres salas técnicas.

Hasta ahora el viaje ha contado con toda la adrenalina propia de una aventura. Además de navegar en todos los mares del mundo, la moderna embarcación y su tripulación han tenido que superar los retos que trae el uso de energía solar. “Solamente tienen la capacidad de guardar tres días de energía en las baterías, por esa razón el consumo tiene que ser mínimo y deben utilizar el clima para ayudarse en la navegación”, explicó Raphaël Domjandia.

La idea de los integrantes del proyecto Solar Planet es hacer visibles las diferentes formas como se puede utilizar la energía solar para la movilidad. Uno de los países  que más utiliza este tipo de energía es España, con una potencia acumulada instalada de 3.523 megavatios. La tecnología que se utiliza en el Tûranor Planet Solar es llamada fotovoltaica y es obtenida directamente de los rayos del sol. Además de usarse en el bote suizo, también se emplea en otros objetos electrónicos, como calculadoras, sensores y transmisores, e inclusive en satélites y aviones.

Su mensaje es claro: “Tenemos la tecnología para cambiar el mundo y vivir en balance con él”. Esa ha sido precisamente la experiencia de sus tripulantes. Según Domjandial: “En el mar, todo tipo de animales se acercan al bote. Su tranquilidad con nosotros nos ha dado fantásticos momentos y la sensación de estar en armonía con la naturaleza”.

 

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