Más de una tonelada de basura. Ese es el penoso botín que cerca de cien buceadores extrajeron el sábado 9 de octubre del fondo marino del puerto de Cartagena, ayudados por más de un centenar de alumnos de la Universidad Politécnica. Los objetos más llamativos, como las dos motos que se sacaron, se expondrán en la Casa del Estudiante para despertar conciencias y la vergüenza de quienes lo arrojan.

Como un enorme vertedero que oculta miserias. Como un cubo de basura que parece no tener límites pero que se llena de porquerías poco a poco y cuya limpieza y vitalidad se va consumiendo. Eso parecía ayer el fondo marino del puerto de Cartagena, del que cerca de cien buceadores apoyados desde tierra por más de un centenar de voluntarios de la Universidad Politécnica extrajeron nada menos que una tonelada de desechos de todo tipo y tamaño.
La iniciativa sirvió, además de para presentar en la ciudad al Centro de Buceo Bubbles, para concienciar a jóvenes y mayores de la necesidad de preservar el medio ambiente y, en especial, de cuidar el mar. «Nos lo estamos cargando y casi sin darnos cuenta. La gente se ha quedado alucinada de lo que hemos sacado del agua», explicó uno de los instructores de Bubbles, Mario Gómez.

Dos ciclomotores, contenedores de basura, infinidad de pilas, sillas de playa, anclas, cadenas, cuerdas, teléfonos móviles y muchos otros desechos formaban parte del lamentable tesoro que se escondía bajo las aguas del muelle de La Curra y del Faro de Navidad.

Un botín del que se ha seleccionado lo más llamativo para exponerlo en los próximos días en la Casa del Estudiante de la UPCT para tratar de despertar la conciencia y la vergüenza de quienes lo arrojan.

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