El jueves 9 de septiembre tuvo lugar uno de los fenómenos naturales más curiosos del año: la marea más alta y la más baja. La bajamar se produjo a las 11.35 horas, momento en el que se pudieron observar estampas ya clásicas, como la de la Isla Santa Clara unida al Peine del Viento, en Donostia. Además, las mareas vivas de estos días harán que, por la tarde, el mar suba 4,4 metros y, a las 17.50 horas, se alcance la pleamar. Precisamente, debido a estas mareas vivas, el Ayuntamiento de Bilbao recomendó retirar los vehículos estacionados junto a la ría en las zonas de Zorrozaurre y Elorrieta ante la posibilidad de que pudieran producirse desbordamientos. El canal de Deusto se desbordó a media tarde en las inmediaciones de la calle Aragón y de la curva de Elorrieta. Tal y como estaba previsto, las mayores mareas vivas en lo que va de año llegaron a inundar algunos puntos de la zona de San Ignacio. El desbordamiento no provocó daños materiales, pero obligó a interrumpir el tránsito de vehículos privados durante media hora, según explicaron desde el Ayuntamiento de Bilbao. Los cortes se produjeron a las seis y media y se prolongaron hasta las siete de la tarde. Un lapso de tiempo en el que sólo se permitió el paso a las unidades de transporte público y a los camiones que trabajan por el barrio. En el puerto de Pasajes (Gipuzkoa) el agua estuvo a punto de entrar en las casas y restaurates del muelle. Afortunadamente el buen estado del la mar sólo ofreció magníficas estampas para el recuerdo. Mareona Las 'mareonas', nombre con el que se conoce en Asturias a las mareas vivas que se suelen dar dos veces al mes, alcanzaron el jueves la mayor altura del año. En Avilés, la altura máxima alcanzada por el nivel del agua se situó en los 4,44 metros, mientras que en bajamar quedó en apenas 15 centímetros. El fenómeno, que suele elevar el nivel del agua de la ría a niveles cercanos al borde de cantiles y espigones, tiene que ver por supuesto con la luna. Las mareas vivas se producen por la alineación de la luna entre la tierra y el sol, y son mucho más acusadas cuanto más cerca está el satélite del planeta. De hecho, el influjo de la luna en las mareas es mayor que el del sol por su proximidad. Las playas de la comarca presentaban en torno a las once y media de la mañana mayor superficie de arena que nunca en todo el año. En cambio, por la tarde, el agua alcanzaba en algunos casos, como en Salinas, a cubrir la práctica totalidad del arenal. Y eso que en Asturias la amplitud de las mareas no es especialmente acusada. En zonas como Normandía (Francia), en la bahía del Monte Saint-Michel, en el canal de La Mancha, o en las bahías canadienses de Fundy y Ungava, las mareas vivas alcanzan en la pleamar alturas que superan con facilidad los diez metros. Esa amplitud tiene resultados como el del conocido enclave francés: península ubicada en medio de una kilométrica playa en bajamar, islote aislado del continente en la pleamar.
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