La reserva marina de Cabo de Palos y Las Islas Hormigas, en la costa mediterránea de Cartagena, es un paraíso para los estudiosos de los fondos marinos y los submarinistas, ya que sus fondos son una muestra de la historia de naufragios en los que hoy bulle la vida marina, entre ellos el del Sirius, un transatlántico italiano que embarrancó hace 104 años. La reserva se encuentra a poco más de diez minutos de navegación del puerto de Cabo de Palos y está cogestionada desde 2006 por el ministerio de Medio Ambiente, Medio Rural y Marino (MARM) y el Gobierno de Murcia. Será siendo gestionada por ambas administraciones hasta 2014 según la prórroga del convenio firmado el 31 de Julio. Se extiende casi 2.000 hectáreas desde Cabo de Palos hasta los bajos de La Testa, Piles y el conjunto de las islas Hormigas, con los islotes de El Hormigón y La Losa, junto a la que le da nombre. Esta parte de la costa murciana cuenta con una zona de "reserva integral" alrededor de la Hormiga, de unas 300 hectáreas, en la que sólo se desarrollan proyectos científicos, y el resto parcial, en el que se permite la pesquería artesanal restringida y el submarinismo. Según los últimos estudios realizados por la Universidad de Murcia (UMU), la reserva ha recuperado, desde 1995, especies piscícolas de alto interés comercial y apreciadas en la gastronomía como el mero, el dentón o la corba, lo que potencia el interés económico de los 12 barcos autorizados sólo a faenar con artes tradicionales, como el palangre y el trasmallo. Todas las especies que las pueblan ejercen un papel ecológico que ha sido calificado de "fundamental" por el consejero de Agricultura y Agua de Murcia, Antonio Cerda, quien ha destacado también la longevidad y tamaño de los citados y de otros como barracudas, langostas, esponjas, estrellas y colonias de coral. El estudio, realizado por miembros del departamento de Ecología e Hidrología de la UMU, recalca además que, a pesar del aumento de inmersiones del turismo subacuático (de 8.000 a finales de 1990 a 22.000 -reguladas- en los últimos años) el impacto en la reserva marina ha sido "exiguo", aunque recomienda mantener su control. La Reserva, que también está declarada Zona de Especial Protección para las Aves (ZEPA), cuenta con extensas y cuidadas praderas de posidonia, una especie de alga con un importante papel en el funcionamiento del ecosistema y en el mantenimiento de los recursos marinos, que, además de como alimento, sirve de lugar de puesta de alevines.
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