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Fuentes: www.ideal.es Los fondos marinos de La Herradura tienen fama de ser unos de los más espectaculares de toda Europa. Un atractivo turístico que no pasa desapercibido para los clubes de buceo de la Costa del Sol que cada día, durante el verano, desplazan a La Herradura sus furgonetas cargadas con decenas de buceadores que disfrutan de una inmersión en las aguas de la bahía, próximas a Punta de la Mona o a la zona de Marina del Este. Una situación que para las empresas y clubes de buceo de La Herradura y Almuñécar supone una «competencia desleal». Las empresas locales denuncian el «intrusismo» de empresas malagueñas que, «bajo el amparo de asociaciones deportivas sin ánimo de lucro realizan las mismas actividades que nosotros pero sin contar con los permisos correspondientes», según el responsable de Buceo La Herradura, Luis Pellejero. Este empresario, el primer presidente de la Estación Náutica de la Costa Tropical, lleva buceando más de veinte años en las aguas herradureñas y fue uno de los impulsores de la empresa Buceo La Herradura, un referente en el sector. El responsable de Buceo La Herradura recuerda que para realizar inmersiones en aguas de la Costa granadina es necesaria una autorización de la Capitanía Marítima de Motril y además cumplir con las normas de seguridad establecidas «algo que 99 % de estas empresas incumple», señala. El permiso de Industria para cargar las botellas, la autorización de la consejería de Turismo y Deportes como empresas de turismo activo o, en caso de querer bucear en el Paraje Natural de Cerro Gordo, el permiso correspondiente de Medio Ambiente son algunos de los 'papeles' de los que también carecen los clubes malagueños «sin olvidar las licencias municipales». «Para las empresas locales estos clubes malagueños suponen una competencia totalmente desleal porque cobran lo mismo que nosotros pero están exentos de los pagos de impuestos que sí asumimos nosotros», relata. Competencia desleal En opinión de Pellejero, los clubes malagueños que trabajan cada día en La Herradura «están protegidos por la Federación del ramo como entidad deportiva pero lo que hacen, repito, es una competencia desleal». Pellejero denuncia además que estos clubes realizan la actividad sin todas las medidas de seguridad «ya que están obligados a tener una embarcación de apoyo y en toda regla y todas estas asociaciones no tienen nada», subraya. La mayoría de los aficionados que llegan a La Herradura pertenecen a clubes de la Costa del Sol, principalmente Benalmádena o Fuengirola. «Estos clubes venden los fondos de La Herradura como si fuesen de su zona y por ello desplazan a los clientes en furgonetas que se pueden ver cualquier día en la playa de La Herradura, en la zona de La Caleta o en la playa de Marina del Este», apunta Pellejero. Además, las empresas locales apuntan que la mayoría de las ocasiones estos clubes trabajan sin más medios logísticos que la furgoneta que les transporta y los equipos de inmersión, «por lo que hay quejas de comunidades y establecimientos públicos porque los buzos utilizan sus aparcamientos o servicios públicos». En caso de accidente, incluso, son los clubes locales los que tienen que prestar ayuda con sus embarcaciones de apoyo, según el representante de Buceo La Herradura. El sector de las empresas de buceo no se ha salvado de la difícil situación económica, «estamos en momentos complicados porque tenemos muchas obligaciones pero poco apoyo». Para Pellejero, otro de los factores que hacen daño a la Costa Tropical como destino de buceo es que estas empresas malagueñas «vienen aquí pero no persiguen la fidelización del cliente, sólo hacen caja». El perfil del buceador que ha disfrutado de La Herradura este verano, según Buceo La Herradura, es hombre (80%) y de procedencia española en un 90%, principalmente de Madrid, Sevilla y Málaga. Entre los extranjeros, destacan los franceses. En Buceo La Herradura lo tienen claro: «Nuestro objetivo es es que se queden contentos y ya conseguimos que el 50% de nuestros clientes repitan. Muchos incluso han fijado su segunda residencia en La Herradura gracias al buceo».
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