2010-08-11
11/08/2010 San Sebastián pone cerco a las carabelas portuguesas


 

La alcaldía donostiarra ha contratado un servicio que a diario parte del puerto a aguas exteriores y retira los ejemplares. Sólo en los dos últimos días se han recogido más de quinientos individuos de esta especie. Este servicio se mantendrá hasta mediados de septiembre, cuando termina la temporada de playas. Las carabelas portuguesas parecen haber encontrado en aguas del Golfo de Vizcaya un hábitat idóneo para su pervivencia. Al menos es lo que cabe concluir a la vista del elevado número de ejemplares que se han avistado en las últimas semanas frente al litoral guipuzcoano. La proliferación de individuos de esta especie preocupa al Ayuntamiento de Donostia, que ha decidido hacerles frente y trata de impedir que lleguen a los arenales de la ciudad.

Desde el pasado día 1, tres embarcaciones salen todos los días a mar abierto a la captura de carabelas. En lo que va de mes han recogido cerca de un millar de ejemplares. Ayer se produjo una llegada masiva y se retiraron nada menos que 350.

Las embarcaciones contratadas por el Consistorio donostiarra para combatir lo que empieza a ser una amenaza de plaga parten con las primeras luces del día. Dos lanchas auxiliares de la flota pesquera, de unos siete metros de eslora cada una, con cuatro hombres a bordo, y otra embarcación de mayor calado inspeccionan las aguas desde el límite con Orio hasta Monpás, en la muga con Pasaia, dentro de las primeras tres millas. Son hombres experimentados, capitaneados por los hermanos Julián y Borja Isturiz, patrones de pesca donostiarras que conocen como pocos las condiciones del medio marino, las corrientes que se imponen, así como sus derivas.

 

Mil carabelas

Este equipo ha recogido desde primeros de mes cerca de un millar de carabelas. Sólo ayer capturaron casi 320 por la mañana y 35 más por la tarde. El lunes, retiraron del agua otras 162.

La ubicación de las carabelas es distinta cada día. Todo depende de los vientos que imperen. «Hay jornadas en las que las encontramos a muchas bastante juntas, dentro de las 'corrientes burua' -muy características en esta zona- que se forman en el mar. En otras ocasiones, sin embargo, se hallan más dispersas debido al oleaje y al propio viento», explica Julián Isturiz.

La búsqueda de la carabela se limita principalmente a las primeras tres millas. «Unas veces las localizamos cerca de la costa, como sucedió el lunes, que entre el castillo de Urgull y La Zurriola, a menos de 400 metros de tierra, retiramos 150. Otras veces, nos vemos obligados a salir más lejos, a una milla y media o dos millas», explica el patrón donostiarra. 

La experiencia del 'Prestige'

El método que los arrantzales ponen en práctica es artesanal. Su herramienta de trabajo es el salabardo. Con él retiran del agua los ejemplares capturados que los depositan en unas bolsas que luego se descargan en el puerto y se envían a la basura. «El sistema es idéntico al que ya pusimos en práctica cuando sufrimos la marea negra del 'Prestige'. Entonces hacíamos lo mismo que ahora. Con salabardos recogíamos los grumos de galipote que llegaron desde Galicia. Entonces también, al igual que ahora, es mejor que vayamos a buscarlas antes de que lleguen a las playas», explica Julián Isturiz.

Desde el inicio de la temporada de playas, los socorristas de la Cruz Roja han practicado 122 curas por picaduras de medusas. No son muchas si se tiene en cuenta que en el mismo periodo las asistencias por picotazos de sabirón se elevan ya a 364.

 

 

<ATRAS

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