Fuente: www.lavozdegalicia.es

Los guardacostas de la Xunta de Galicia y el Seprona localizaron el pasado 14 de junio a dos buceadores furtivos que presuntamente estaban extrayendo almeja babosa y roja de la zona de Langosteira. Sin embargo, los rana no pudieron ser detenidos ni imputados, puesto que aunque estaban buceando no se pudo probar que los dos sacos con moluscos encontrados cerca de ellos fueran suyos. Los agentes encontraron dos boyas. De cada una de ellas colgaban dos equipos de buceo completos y un saco. Fueron devueltos al mar un total de 139 kilos de almeja roja y babosa. En las boyas había bombonas, chalecos y otros utensilios necesarios para el marisqueo. Faltaban los trajes de neopreno, precisamente las prendas que vestían los dos buceadores. Cerca de ellos había una embarcación que, al parecer, tampoco les pertenecía. La lancha carecía de documentación, por lo que los agentes levantaron también un acta de presunta infracción. De vuelta a Corcubión, los guardias se encontraron con otro individuo vestido de buceador. El hombre huyó al monte cercano, pero dejó un saco con tres kilos de almeja roja, además de las aletas y las gafas.

Al parecer, los agentes llevaban algún tiempo investigando las idas y venidas de los furtivos en la playa fisterrana. Las acciones de estos en Langosteira se producen desde hace tiempo, incluso antes de que la Consellería do Mar aprobara el plan de extracción de este molusco. Actualmente, los mariscadores pueden recolectar y comercializar almeja, por lo que los furtivos actúan en contra de los intereses del colectivo.

Los decomisos en esta zona son habituales, lo que indica que la actividad de los furtivos es continua. El motivo principal es que estos bivalvos alcanzan un buen precio y que hay canales de comercialización para ellos.

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