El domingo, en la australiana playa Nelly Bay de Brisbane, festejaron por adelantado el Día Mundial de los Océanos. Cerca de 200 personas intentaron batir el récord de buceo desnudas. La prueba, organizada por Mochileros de Base Magnetic Island, pretendía llamar la atención sobre la difícil situación que atraviesa la Gran Barrera de Coral. La Gran Barrera de Coral está compuesta por casi 3.000 pequeños arrecifes y más de 900 islas a lo largo de 2.600 kilómetros en el océano Pacífico. En abril, el petrolero chino «Shen Neng 1» quedó varado a 70 kilómetros de la turística isla de Great Kepel (Queensland). El barco transportaba 975 toneladas de carburante pesado y 65.000 toneladas de carbón desde Queensland a China. Una rotura en su casco formó en el mar una mancha de tres kilómetros de largo y 100 kilómetros de ancho. El «Shen Neng 1» adulteró su rumbo original y atajó por la Gran Barrera de Coral. Esta picaresca, muy habitual entre los patrones que surcan esa zona del Pacífico, obligó a las autoridades australianas a endurecer la legislación referida a multas por daños medioambientales. «Los trocitos de pintura que quedaron pegados en el arrecife están matando a los corales de alrededor o les está afectando con tal virulencia que morirán pronto», explicaba Russell Reichelt, responsable del Parque Marino, a la radio ABC. «Hemos hallado áreas a 20 y 40 metros de profundidad donde la parte alta del coral ha quedado completamente pulverizada y todas las plantas y animales han muerto», señaló otro portavoz del Parque, David Wachenfeld. En marzo de 2009 otra fuga de petróleo procedente del buque «Pacific Adventurer» contaminó las costas de la cercana isla Moreton y las playas del litoral de Queensland. Will Gregg, uno de los organizadores de la cita en Nelly Bay, aseguró al Daily Telegraph que la policía, aunque vigiló el encuentro, no opuso objeción alguna. Los participantes, con sus «bañadores de nacimiento», permanecieron en el agua unos treinta minutos. Después, salieron del medio acuoso para pasear por la playa, confiando en que el astro sol secara con celeridad sus cuerpos desnudos, aunque bien protegidos con crema, asegura Gregg. «El agua estaba fantástica, no había rastro de medusas y contábamos con un equipo de seguridad listo para actuar si hubiera sido necesario llevar a cabo rescates». Un fallo a la hora de evaluar el récord impidió que éste fuera considerado de manera oficial como tal. Sin embargo, los doscientos nudistas asistentes lo celebraron como si así hubiera sido.
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