2010-02-16
16/02/2010 Buceando entre tiburones


 

Fuente: http://www.elpais.com/

Siete tiburones grises, dos tiburones toro, tres nodrizas, dos pastinacas americanas (parecidos a las rayas) y tuvieron que encerrar a la tortuga, por peligrosa.

Lo de que los escualos son los animales más fieros del mar es un "topicazo", según los trabajadores del Zoo de Madrid. El cocinero Sergi Arola les ayudó ayer a demostrarlo. El Zoo-aquarium presentaba su nueva actividad, Buceando entre tiburones, pensada, según los organizadores, para "dar a conocer desde un plano más cercano y científico a estos animales, y sensibilizar a los participantes sobre la situación actual de los océanos".

Para probar suerte por primera vez invitó a Sergi Arola. El catalán, que aparte de trajinar entre fogones también es aficionado al buceo, aseguró no tener miedo, aunque reconoció que las tres veces que se había topado anteriormente con escualos mientras buceaba por el mar Rojo, Tailandia y Cancún, quedó impresionado. "Es mucho más impactante que ponerse enfrente de un toro", afirmó.

Arola dio ejemplo y respetó el protocolo de la actividad: presentó su titulación de submarinista en vigor (requisito indispensable para poder sumergirse en el acuario), mantuvo una toma de contacto con los dos buzos que acompañan a los visitantes (dos en cada inmersión como máximo) y asistió al curso introductorio que imparte el centro a los (valientes) buceadores. Primero hubo una dosis de tranquilidad: "Los tiburones han matado en la última década a seis personas en EE UU, mientras que los perros mataron a 175", decía Pablo Montoro, uno de los buzos que impartía la clase preparatoria. Después llegaron los avisos de precaución: "Hay que evitar el contacto directo y los movimientos bruscos, llevar los brazos pegados al cuerpo, no separarse de los compañeros y no entrar al agua con heridas sangrantes", continuaba el instructor. A pesar del tamaño de algunos de los animales del acuario, como Morgana, una tiburón toro de 180 kilos y tres metros de largo, "nunca ha habido ningún ataque a los cuidadores, por eso se puede hacer esta actividad con el público", aseguraba Montoro. "A la única que hay que encerrar es a Bubu", una tortuga boba que no se corta como sus grisáceos compañeros. Ella muerde a los intrusos.

Arola disfrutó de su inmersión y hasta consiguió media docena de dientes de tiburón. El zoo permite a los participantes llevarse los incisivos que encuentren por el suelo del acuario. El cocinero no estuvo la hora completa que dura la actividad para los visitantes, pero tampoco pagó los 300 euros que hay que abonar por ella (con reserva previa obligatoria). Luego se declaró defensor de especies marinas en peligro, como el atún rojo, el cual no incluye en sus menús, y se mojó por los tiburones: "A menudo son torturados. En algunos casos hasta se les cortan las aletas, porque son valiosas, y se les devuelve moribundos al mar, porque su carne es barata. Y recuerdo que España es uno de los mayores cazadores de tiburones del mundo. Eso la gente no lo sabe".

 

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