2010-02-02
02/02/2010 Un trabajo con el que jugarse la vida


 

Fuente: www.farodevigo.es

Mover y reparar en el agua elementos que pesan varias toneladas es algo al alcance de muy pocos. Los marineros obligados a navegar por zonas en las que se acumulan aún los restos del "Flora" dicen que se juegan la vida, y no les falta razón, pues una colisión con las vigas de madera que flotan en Arousa puede ser trágica. Pero la vida se la juegan también los encargados de poner un poco de orden en todo este caos, es decir, los que se ocupan de remolcar las vigas y flotadores de bateas e incluso reparan los viveros flotantes sin sacarlos del agua. La suya es una profesión de riesgo de la que depende la productividad de toda una ría.

Cuando como consecuencia de actos vandálicos acaban en el fondo de la ría cientos de cuerdas de mejillón, o cuando un temporal como el "Flora" arrasa las bateas, entran en escena empresas de buceo que se ocupan de recuperar el producto perdido -si es posible- y firmas especializadas en el remolque, reconstrucción y reparación de los parques ya sean de ostra o mejillón. En ocasiones los trabajadores de estas empresas se juegan la vida, pues si mover elementos que pesan varias toneladas es por si solo suficientemente complicado, lo es mucho más si estas operaciones deben llevarse a cabo en medio del mar, a veces con fuertes corrientes e intenso oleaje.

La empresa del meañés Manuel Domínguez Serén, que hace más de una década incluso inventó y patentó una máquina especializada en la limpieza de los fondos marinos, es una de esas compañías que se ocupan de las bateas, y que juegan un papel destacado en las rías gallegas en momentos como el actual, cuando aún se padecen los efectos del "Flora" y aún quedan muchos restos por retirar tanto en las costas como en el agua.

La labor de Serén es fundamental para que los bateeiros y ostricultores puedan desplegar su actividad, pero también para la seguridad en las rías, pues sin este tipo de empresas dedicadas a reparar o reconstruir las bateas éstas serían simplemente un residuo más en medio del agua -olvidado de por vida- cada vez que soplaran fuertes vientos o cuando terminaran su vida útil.

Sin embargo, con ayuda de modernas máquinas y de la pericia de sus trabajadores y la suya propia, tanto en la superficie como dentro del agua, la empresa de Serén arrastra, remolca y repone los bidones o flotadores, tapa los agujeros que se producen en ellos, rescata las cadenas que amarradas a los muertos sujetan los parques, traslada y deposita los propios muertos o remolca los viveros desde tierra a su punto de fondeo, entre otras acciones que forman parte de la actividad de esta firma arousana.

 

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