Los huracanes en el Atlántico Occidental serán menos frecuentes para finales de siglo, pero los de mayor intensidad aumentarán, difundió la revista Science en su más reciente número. Los resultados del estudio hecho por investigadores de la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica (NOAA) se apoyan en una técnica que consistió en transferir datos de modelos climáticos de baja resolución a otros con más alta resolución de la atmósfera. Según los modelos, la cantidad de huracanes en la cuenca del Atlántico podrían disminuir en un 18%, pero los más destructivos, de categoría cuatro y cinco en la escala Saffir-Simpson se duplicarán. Las conclusiones del estudio apoyan la teoría de que a medida que aumenten las temperaturas oceánicas, el vapor que se eleva a la atmósfera puede hacer que se formen menos tormentas, pero que las que lleguen a desarrollarse sean más violentas. Estudios anteriores mostraron que el aumento de la temperatura global podría causar menos ciclones, debido a que su actividad no depende solo de las temperaturas oceánicas, sino también de las corrientes marinas, así como la velocidad y dirección del viento. La clave de los huracanes no se encuentra solamente en cómo se calienta el Atlántico, sino en como lo hace con respecto a otros océanos tropicales, indicó Tom Knutson. "Si se calienta más que el promedio tendremos un aumento en las tormentas. Si se calienta menos, tendremos una disminución", explicó el científico. El modelo desarrollado por los científicos muestra cómo será el comportamiento de ambos fenómenos para finales del presente siglo.
<ATRAS
|