Esta tortuga, que mide 41cm de longitud de caparazón y pesa 10,2 kg, es un ejemplar juvenil que apareció en la costa con claros signos de hipotermia y debilitamiento. Una vez trasladada al Centro de Recuperación, el equipo de veterinarios confirmó que la hipotermia fue la principal causa de varamiento del animal. A pesar de que su evolución es favorable, creen conveniente que esta tortuga permanezca bajo observación y siguiendo un periodo de recuperación por lo menos hasta la primavera, cuando las temperaturas ya vuelvan a ser adecuadas para la reintroducción y el perfecto desarrollo del animal en el mar. Se estima necesario que la temperatura media de la superficie del mar sea de al menos 18º C.

Es probable que el temporal que está sufriendo el país en los últimos días haya favorecido este extraodinario acontecimiento. La tortuga verde es una de las tres especies marinas presentes en el Mediterráneo, junto con la tortuga boba (Caretta caretta) y la gran tortuga laúd (Dermochelis coriácea). La población en el Mediterráneo de esta especie en concreto es muy escasa, unas 200 a 300 hembras ponedoras. Del mismo modo que su presencia en el Mediterráneo Occidental es muy rara ya que suelen localizarse en el Oriental donde encuentran aguas más calientes. Todo esto hace que el rescate de este animal tenga un gran valor para CRAM. Estamos ante un peculiar varamiento sin precedentes en la costa mediterránea catalana. En los 15 años de acciones de rescate y recuperación de la Fundación CRAM es la segunda vez que un ejemplar de tortuga verde llega al centro, sin embargo, el anterior fue encontrado muerto en el año 2004.

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