Esta es una de las principales conclusiones de un estudio de investigadores del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) publicado en Nature, en el que se recuerda que el mar Mediterráneo llegó casi a secarse hace unos seis millones de años, al quedar aislado de los océanos durante un largo período de tiempo, debido el actual levantamiento tectónico del Estrecho de Gibraltar. La cuenca mediterránea tardó en llenarse de unos meses a dos años y no de diez a 10.000 años, como se pensaba hasta ahora, una descarga de agua, según los investigadores, que llegó a ser mil veces superior al actual río Amazonas.
Esta es una de las principales conclusiones de un estudio de investigadores del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) publicado en Nature, en el que se recuerda que el mar Mediterráneo llegó casi a secarse hace unos seis millones de años, al quedar aislado de los océanos durante un largo período de tiempo, debido el actual levantamiento tectónico del Estrecho de Gibraltar.
Cuando las aguas del Atlántico encontraron de nuevo un camino a través del Estrecho, llenaron el Mediterráneo con la mayor y más brusca inundación que ha conocido nunca la Tierra, según los científicos.
La enorme descarga de agua, iniciada probablemente por el hundimiento tectónico del Estrecho y el desnivel de ambos mares (de unos 1.500 metros), llenó el Mediterráneo a un ritmo de hasta diez metros diarios de subida del nivel del mar.
La inundación que conectó el Atlántico con el Mediterráneo provocó en el fondo marino una erosión de cerca de 200 kilómetros de longitud y varios kilómetros de anchura, según este estudio.
El investigador del CSIC Daniel García-Castellanos, que trabaja en el Instituto de Ciencias de la Tierra Jaume Almera, en Barcelona, ha detallado que "la inundación que puso fin a la desecación del Mediterráneo fue extremadamente corta y más que parecerse a una enorme cascada debió consistir en un descenso más o menos gradual desde el Atlántico hasta el centro del Mar de Alborán".
Según Castellanos, se trató de un "megarrápido" por donde el agua circuló a cientos de kilómetros por hora.
Cuando hace unos años los ingenieros del túnel que debía unir Europa y África estudiaron el subsuelo del Estrecho de Gibraltar se encontraron con un surco de varios cientos de metros de profundidad, rellenado por sedimentos poco consolidados.
Los geólogos y geofísicos en los años 90 pensaron que esta enorme erosión había sido producida por algún río de gran caudal durante la desecación del Mediterráneo.
"Esperamos que el artículo contribuya, en cierta medida, a planificar las obras del túnel para unir Europa y África", ha declarado García-Castellanos.
En este sentido, ha indicado que el trabajo se basa en buena parte en los estudios preliminares de este proyecto, "muy condicionado por la presencia de ese canal erosivo que nosotros relacionamos con la inundación".
Los científicos han demostrado, además, que la erosión no fue producida por un río durante la desecación del Mediterráneo, sino por un enorme flujo de agua procedente del Atlántico.
El investigador del CSIC ha concluido que "un cambio tan enorme y abrupto en el paisaje terrestre como el que hemos deducido pudo tener un impacto notable en el clima de aquel período, algo que no se ha estudiado aún con suficiente detalle y a lo que podría ayudar este trabajo".
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