2007-11-27
Argentina limitará el turismo en la Antártida tras el hundimiento del Explorer


 Argentina buscará restringir el turismo en la zona de la Antártida donde el 24 de noviembre se hundió el crucero 'Explorer' para evitar un impacto negativo en el medio ambiente.

Se trata de una llamada de atención hacia la actividad turística. "No tenemos por qué tener combustible flotando. Ahora trabajaremos en limitar el flujo turístico, que en los últimos años se duplicó: este verano se esperan 30.000 turistas en la Antártida", declara la Secretaria Argentina de Ambiente, Romina Picolotti. De esta manera, la funcionaria se refirió a la mancha de combustible "de cinco kilómetros de diámetro y unos ocho de largo" que dejó el crucero, como consecuencia de su naufragio. El barco se hundió en el Océano Antártico, a unos 1.000 kilómetros al sudeste de la ciudad argentina de Ushuaia, tras chocar con un iceberg poco después de la medianoche, lo cual obligó a evacuar a los 100 pasajeros y 54 tripulantes. "El objetivo de la Antártida no es la actividad turística. Los estados tenemos que realizar un mayor esfuerzo para ser más rigurosos en los controles", manifestó Picolotti, tras sobrevolar este al día siguiente de la catástrofe la zona donde se produjo ésta. La secretaria también anticipó a la agencia estatal Télam que el gobierno argentino reclamará a la empresa que operaba el buque "por el daño al medio ambiente que provocará la mancha de combustible en la zona". De todas formas, aclaró que hasta el momento no es necesario "poner ninguna barrera" ya que la mancha "es de combustible liviano, diesel marino, y se está dispersando por la acción de los vientos hacia mar abierto, lo que favorece la evaporación".

El titular de la Dirección Nacional del Antártico (DNA), Mariano Mémolli, advirtió que "el Explorer se hundió con cerca de 185.000 litros de combustible que, aunque hasta ahora no se derramaron, la corrosión que sufre el barco puede hacer que haya una complicación futura".

Tras la colisión, los 100 pasajeros y 54 tripulantes del crucero abandonaron la nave en lanchas salvavidas y fueron recogidos en el mar por el crucero turístico noruego Nord Norge.

Poca experiencia

El capitán del Explorer ha reconocido que, si bien lleva siete años de al mando de buques, tenía poca experiencia para navegar en la zona. El sueco Bengt Wiman, a cuyo mando se encontraba el MS Explorer, agregó que el incidente le sirvió para "madurar". El impacto que rajó el caso, Wiman creyó que se trataba del choque con una ballena. Wiman llegó el 25 de Noviembre a Punta Arenas, Chile, junto con el último contingente de náufragos del Explorer que habían sido trasladados por el buque noruego Nord Norge hasta la base presidente Frei, en la Antártida. Pese a que aún rige la prohibición establecida por GAP a la tripulación del barco de hacer declaraciones públicas sobre lo ocurrido, el marino mantuvo un breve diálogo con periodistas que fue reproducido ayer por el diario chileno El Mercurio. "La experiencia me hizo madurar, y estoy feliz porque la emergencia terminó bien, todos salieron con vida", confesó antes de elogiar la prontitud con que se realizaron las tareas de rescate, y la llegada del Nord Norge a la zona del naufragio. El capitán dijo estar "muy contento por pisar tierra firme y agradecido" por el trato que recibió de la Armada y la Fuerza Aérea trasandina.

La esposa de Beliú, Flavia Wolfgang, le contó ayer a Clarín que su marido se encuentra bien y que "ya avisó su intención de volver a navegar lo antes posible". "Nosotros esperábamos que parara un poco pero no, estamos resignados. Es su vocación y le encanta hacer este trabajo", señaló la mujer tras precisar que su marido fue contratado por la empresa de navegación como encargado del transporte de los pasajeros en los botes durante las excursiones antárticas, por lo que cumplió un rol clave en la evacuación tras el naufragio. En tanto el jefe de la Prefectura Naval Ushuaia, Pedro Tuai, confirmó que ese organismo realizará una investigación propia sobre el accidente a pesar de las distintas jurisdicciones que imperan en la zona a raíz de la vigencia del tratado antártico.Según Tuai, cuando el Explorer atracó en el puerto de Ushuaia fue sometido a un control de rutina y cumplía con todas las exigencias para la navegación.

 

 

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