2008-03-26
El mar, última frontera de las energías renovables


Fuente: www.ideal.es

 

Los molinos de viento están a punto de hacerse a la mar. A falta de que se cierre definitivamente el Estudio Estratégico Ambiental del Litoral Español, que clasifica las áreas marinas en zonas aptas, de exclusión y con condicionantes ambientales para la instalación en ellas de parques eólicos marinos, una veintena de proyectos esperan la autorización para plantar sus aerogeneradores en el mar. Mientras en el norte de Europa ya están a pleno rendimiento algunas de estas instalaciones, en España no se espera que empiecen a funcionar antes de 2012. Además del lugar donde se van a ubicar, estas infraestructuras son bastante más complejas y caras que las instaladas en tierra. El Gobierno desbloqueó la instalación de parques eólicos marinos en nuestro litoral a través de la publicación el pasado 1 de agosto de un Real Decreto. Se regulaban así, por primera vez, los procedimientos para promover un parque eólico marino y las condiciones que éstos deben reunir. De este modo, el Ejecutivo abría la puerta por primera vez a este tipo de generación eléctrica con la regulación de los procedimientos para la obtención de las autorizaciones. Sin embargo, hacía falta aún delimitar en qué zonas del litoral podían instalarse estas infraestructuras y en qué volúmenes. Se estudiaron 4.000 kilómetros de costa para buscar los enclaves idóneos y el resultado es el Estudio Estratégico Ambiental del Litoral Español, cuyo objetivo es determinar «las zonas de dominio público marítimo terrestre que, sólo a efectos ambientales, reúnen condiciones favorables para la instalación de parques eólicos marinos». La zona de estudio corresponde a una «franja litoral de 24 millas trazadas desde las línea de base recta» y contempla un total de 73 áreas eólicas marinas, que se clasifican en zonas aptas, de exclusión y con condicionantes ambientales. No obstante, Jaime Alejandre, director general de Calidad y Evaluación Ambiental, recuerda que «la clasificación de una zona como apta no exime de la realización y aprobación de los correspondientes estudios de impacto ambiental posteriores, y si éstos fueran negativos el proyecto sería rechazado». «En nuestra costa -justifica Alejandre- además de tráfico marítimo, hay rutas migratorias clave para aves, bancos de pesca, yacimientos... por eso, se han restringido bastantes las zonas aptas». Aún así, el director general de Calidad y Evaluación Ambiental considera que «los promotores (de los proyectos) están satisfechos con las zonas propuestas y con los plazos, pues en este momento nadie tiene la capacidad para poner en marcha un parque de este tipo mañana mismo».

 

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