Fuente: http://www.elcomerciodigital.com/ Jorge Rodríguez

Hay que empezar a pensar en adaptarse a un escenario futuro que cada vez parece más claro. Es muy probable que el nivel del mar, en el 2050, se incremente en unos 60 ó 70 centímetros y que haya una subida de su temperatura, entre otros efectos». Lo afirma Ricardo Anadón, catedrático de Ecología de la Universidad de Oviedo y el único científico asturiano que tomó parte en la investigación para elaborar el último informe sobre el cambio climático de la ONU. Coordinador del Grupo de Ecología de Sistemas Acuáticos, en colaboración con el Instituto Español de Oceanografía, sus conocimientos y su visión se centran en el estudio del medio marino. De su profundo análisis de las condiciones del mar Cantábrico, mediante varias estaciones sumergidas a distinta profundidad que miden variables como la temperatura, la salinidad o el oxígeno disuelto, Anadón y su grupo de trabajo han llegado a varias conclusiones. Una de las más relevantes es la que alude a las oscilaciones en la temperatura del agua. «El comienzo de la época fría en el mar se ha atrasado desde finales de octubre hasta finales de noviembre y la época cálida se ha extendido», mantiene. Una mayor temperatura del agua que, según el científico, puede verse afectada por la «estacionalidad de los vientos». Anadón explica que la frecuencia e intensidad de éstos tiene una influencia directa en el ecosistema marino, al «generar corrientes superficiales que son responsables del fallo o de la eficacia en el reclutamiento -cuando los peces ponen larvas microscópicas- de las especies. Además, los cambios en las corrientes afectan a la producción de las microalgas que sirven de alimentos para esos animales», asegura el catedrático de Ecología de la Universidad.

«Todos esas variaciones afectarán a la totalidad del ecosistema», sentencia Ricardo Anadón. Pero, ¿qué culpa tiene el ser humano en estos cambios? «Sólo hay que remitirse al informe del IPCC, que ha constatado su influencia sin duda alguna. Se considera que existe un más de un 90% de posibilidades de que se esté produciendo por la acción humana.

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