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La isla de Eivissa, con 572 Km2, es la tercera en extensión
del archipiélago balear. Junto con Formentera fueron llamadas
Pitiusas por sus antiguos pobladores griegos en alusión a las
vastas extensiones de pinos. El clima de las islas es excelente, con
una mínima anual de 14º y una máxima de 22º,
y unido a sus atractivos paisajísticos y culturales, su excelente
ubicación las ha convertido en destino turístico de
primer orden. Pero además, para los amantes del buceo las islas
ofrecen otros encantos. En los fondos inmediatos a la costa pitiusa
predominan las praderas de posidonia sobre el resto de comunidades.
Tal es su presencia que caracteriza no sólo el paisaje submarino
sino también el costero, con voluminosos arribazones de hojas
en las playas.
Los alguers han impregnado la cultura pitiusa durante décadas.
Los lugareños apreciaban la posidonia tanto por su variada
utilidad como por su limpieza. Por estos motivos era empleada en la
construcción de las casas y de las cuadras por su capacidad
para repeler todo tipo de parásitos terrestres. Sin embargo
hoy se la considera un alga que ensucia las playas y entorpece la
navegación de recreo.
Las masas de hojas que llegan a las playas no son indicativo de suciedad
sino todo lo contrario. Es el mejor indicativo de la buena conservación
de la playa dada la extrema sensibilidad de esta planta a la alteración
de las condiciones ambientales tanto de la arena como de la pureza
del agua. Son la comunidad marina más importante por su acción
protectora, posibilitando la formación y estabilidad de las
playas, produciendo materia orgánica y oxígeno, depurando
el agua y sirviendo de hábitat para miles de especies.
Planta depuradora
La posidonia no es un alga sino una planta con raíz, tallo,
hojas y capacidad de producir flores y frutos. La hierba de
Poseidón sólo es endémica en el Mediterráneo
a pesar de que científicamente se la denomine oceánica.
Pertenece a la familia de las fanerógamas, que fueron las primeras
en desarrollar flores para reproducirse salvando las distancias y
los frutos para diseminarse. Pero ella supo ir más allá
en la conquista del territorio y se adentró en los fondos arenosos
poco profundos y bien iluminados de las costas.
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Sin embargo su afán
de supervivencia ha servido para que otros se beneficien de ella.
Son grandes arquitectos de arrecifes naturales que protegen la costa
posibilitando la formación y estabilidad de las playas, sistemas
de dunas y bosque litoral. Además son verdaderas plantas
depuradoras que limpian el agua de sus sedimentos y la oxigenan.
Sintetizan grandes cantidades de materia orgánica por lo
que son también una despensa para numerosas especies además
de una excelente guardería para sus alevines y refugio seguro
para las especies más tímidas.
La fotosíntesis de la posidonia puede llegar a liberar 14
litros/m2 de oxigeno en una jornada por lo que son auténticos
pulmones para el mar. Su capacidad de producción de materia
orgánica es de 21 toneladas/hectárea/año, prácticamente
lo mismo que la capacidad de un bosque tropical (22 toneladas) y
al doble que un bosque europeo (12 toneladas). Teniendo en cuenta
que el 99% de los fondos mediterráneos son un inmenso desierto,
la praderas de posidonia son auténticos oasis de vida que
deben ser protegidos.
Reserva
de biodiversidad
Las praderas diversifican el fondo constituyendo una verdadera
comunidad biológica que ofrece una variedad de ambientes
y substratos que atraen a multitud de especies animales y vegetales
que se
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instalan a vivir en la pradera aprovechando las
diversas opciones de alojamiento o que acuden a reproducirse y a alimentarse.
El buceador puede encontrar tres ambientes : los habitantes de las hojas,
los de los rizomas y la fauna vágil.
Entre hojas y rizomas encontraremos pulpos, cigarras de mar, nacras, nudibranquios,
esponjas, moluscos, hippocampos. corales y todo tipo de huevas, hidrozoos
y algas. Pero la fauna más aparente se encuentra entre la vágil:
labrus vividis, serranos, tortugas, barracudas, tordos, etc.
La reserva natural de Ses Salines cuenta con praderas muy densas, con
más de 700 haces por m2., lo que posibilita la edificación
de arrecifes naturales de hasta 4 metros de altura.
Otros atractivos
El 4 de Diciembre de 1999 la Unesco declaraba a Eivissa Patrimonio de
la Humanidad, reconociendo la trascendencia mundial de los bienes culturales
y naturales de la Pitiusa mayor. La ciudad fortificada de Fatl Vila, la
necrópolis de Es Puig del Molins, el poblado fenicio de Sa Caleta
y la Reserva Natural de Ses Salines son los cuatro bienes declarados Patrimonio
Mundial. Por su parte, Formentera, con una extensión de 77 Km2
y una población de 6.400 habitantes, ofrece la oportunidad de admirar
vestigios como el monumento megalítico de Ca na Costa, los restos
de es Cap de Barbaria, las torres de Sa Gavina, Es Pi des Catalá,
Punta Prima y Sa Guardiola. Esta isla es visitada por jóvenes ejemplares
de foca monje, procedentes del norte de África, delfines mulares,
tortugas, etc. Para recrear la época hippy de Formentera
podemos visitar Sant Ferran.
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