TEXTO: Oficina turismo Gomera

Así lo declaró hace 200 años Humboldt, que pasó por La Gomera de camino a las Américas: el mejor clima del mundo. En invierno sus aguas no descienden de los 19º C y la temperatura diurna ronda los 20º C. Hay mucho sol pero acompañado de suficientes lluvias que garantizan el verdor los campos. En sus 378 m2 dominan dos colores: el azul del mar que la rodea y el verde de su generosa vegetación. Como ocurre en su prima lejana, Madeira, la laurisilva o monteverde forma un bosque que cubre el 10% del territorio y que se considera una reliquia forestal, por lo que ha sido declarada Patrimonio de la Humanidad. Esta formación selvática y relítica dominó en el Terciario amplias zonas del Mediterráneo y el norte de África. Las glaciaciones y la desertificación la fueron atacando hasta que en nuestros días sólo permanece en las Canarias y otros archipiélagos macaronésicos como Azores y Madeira. La laurisilva es una masa forestal que absorbe la humedad ambiental y después “transpira” milimétricas gotitas de agua que forman una especie de llovizna horizontal vaporizada. Está integrado por distintas especies de árboles: laurel, tilo, viñátigo, barbusano, palo blanco, mocán…, y constituye una fuente un auténtico manantial para los acuíferos de la isla.

Gara y Jonay fueron dos amantes de la mitología canaria que se suicidaron por amor y en su memoria los gomeros bautizaron a su montaña más importante. El Alto de Garajonay con sus 1.500 m domina desde el centro de la isla un paisaje tan agreste que para salvar la incomunicación que imponen los barrancos los gomeros se comunicaban con por medio del silbo, un lenguaje por silbidos que cubría distancias de hasta 10 Km. Esta orografía ha llevado a los campesinos de la zona a esculpir con tesón miles de terrazas cultivables en las laderas de los barrancos, constituyendo parte de la personalísima imagen que ofrece el territorio.

La Gomera no puede presumir de playas, como sus vecinas. Muchas son de roca y piedras, con fuertes resacas…Sin embargo destacan sus rutas para la práctica del senderismo: el Jardín de las Creces, con unas vistas incomparables al Valle Gran Rey; el bosque de Garajonay; el Contadero- el Cedro.

Los fondos
En los fondos de La Gomera podemos descubrir una gran variedad de plantas y peces comunes en el océano Atlántico. Lo más espectacular son sus enormes rayas mimetizadas en el fondo, rayas águila y rayas eléctricas nadando junto a peces sierra, barracudas, atunes y percas.
Peces trompeta, peces loro y peces tigre componen un auténtico zoológico multicolor típico de aguas subtropicales. Entre las rocas podemos encontrarnos con morenas pardas y negras. Incluso la morena de colmillos largos, bellamente decorada, es frecuentemente avistada.

Grandes peces globo así como diferentes tipos de anémonas y la perfectamente camuflada langosta o el bogavante, que alcanzan en los fondos de la Gomera un tamaño más que considerable, eligen las grutas y cavidades de la roca como su escondite preferido.
Si la suerte nos acompaña podremos encontrarnos con mantas, tiburones martillo y también grandes tortugas.
La transparencia de las aguas y su constante temperatura veraniega, así como la luminosidad general de la atmósfera canaria hacen que cualquier inmersión sea todo un espectáculo de color y vida.