|
|
|
TURISMO
|
El
bello Belice, frente al arrecife |
Sus
arrecifes están considerados una de las siete maravillas submarinas
del mundo y una de las que presenta el mayor número de inmersiones
en arrecifes de coral. Sin embargo, no es muy conocido por los europeos
siendo un destino frecuentado por norteamericanos que escapan del
crudo invierno. México al norte, Guatemala al suroeste, y al
este el Mar Caribe con la segunda barrera de coral más grande
del mundo, de la que 298 kilómetros trazan una frontera submarina
entre Belice y las profundidades abisales. |
|
|
Toma
nota
* Clima: Subtropical
con lluvias en verano y seco en primavera.
* Temperaturas:
Mar entre 24º y 29º C . Tierra entre 16º
y 32º C
* Visibilidad:
15 a 30 m.
* Nº de inmersiones:
3 y hasta 5 al día
* Visados: para
30 días
* Electricidad:
110 V.
* Mejor época:
Cualquiera
* Moneda: Dólar
Belizeño (Bz.) $ 2 Bz.= $ 1 U.S.
* Idioma: Inglés
y español
* Vacunas: No
* Horarios: 7
u 8 horas menos que España
|
|
Este
modesto país posee todo tipo de atractivos: cayos,
manglares, selvas, sabanas, montes, ruinas mayas, etc.
pero sin duda alguna es el paraíso para el buceo
ya que la barrera caribeña sólo está
a unos 20 kilómetros de la costa, llena de islas
o cayos, algunas con manglares y otras con palmeras. La
riqueza de nutrientes que las corrientes arrastran desde
los manglares y el refugio que procuran los arrecifes
hacen de estas aguas una reserva biológica que
impacta al buceador por su variedad y colorido.
La preocupación por conservar los activos de su
fuente de riqueza principal, el turismo, hace que Belice
se tome en serio la protección de sus fondos marinos.
Los centros de buceo nos ponen al día de cómo
bucear en el arrecife sin causar daños: mantener
controlado el equipo sin dejar arrastrar nada por el fondo
y controlar nuestra flotación; si hace falta, practicar
ejercicios de flotabilidad sobre fondos de arena; no dar
de comer a los peces ni sustraer nada del fondo; procurar
ver sin tocar nada y denunciar cualquier actitud irrespetuosa
contra el medio.
Uno de los parques nacionales creado más recientemente
es el de Cayo del Pájaro Risueño, situado
a poca distancia de Placencia, en el distrito de Stann
Creek. A pesar de que el cayo fue nombrado así
por la gran cantidad de gaviotas risueñas que había,
las aves han ido abandonando el cayo por la progresiva
presencia humana. Por ello el gobierno de Belice tomó
medidas para reestablecer su presencia y minimizar la
degradación del cayo, declarándolo parque
nacional. Al ser un atolón continental con canales
profundos, las inmersiones son espectaculares permitiéndonos,
además, observar las aves sin molestarlas.
Cayos y Atolones
En el norte de Belice hay una sucesión de pequeños
cayos como Ambergris, Caulker, Chapel y St. Georges,
que nos ofrecerán interesantes y fáciles
inmersiones. Hol Chan, que en maya significa pequeño
canal, desde 1987 es una reserva marina que se
ha transformado en un verdadero santuario de 8 km2.
para cientos de especies. Un pasillo de 23 metros de
acho y 9 de fondo en medio de la barrera, da paso a
un refugio natural dividido en zonas marcadas con boyas.
Una zona es la de los corales, con una variedad que
incluye a casi todas las especies del Caribe, y por
la que se pasean meros, peces loros y morenas verdes.
Las otras son la zona de las tortugas concha y la zona
de los manglares, con el tiburón ballena como
principal convidado al festín de pláncton.
Shark Ray Alley es otra inmersión con un numeroso
grupo de rayas y algunos tiburones nodriza pequeños
que comerán de nuestras manos.
|
|
|
|
Los atolones centrales están formados por Turneffe,
Lighthouse y Glovers y constituyen un lugar privilegiado
para el buceo.
El atolón de Turneffe está formado por
más de doscientas pequeñas islas cubiertas
por manglares. Las mejores inmersiones se encuentran
al sur: Triple Anchor, con sólo 12 metros de
profundidad, águilas marinas, esponjas de barril
y corales; Black Beauty, con tortugas, peces loro, ángel
y ardilla; y The Elbow, con tiburones martillos. También
podremos encontrar en esas aguas pólipos, mantas
rayas, e infinidad de cardúmenes que se alimentan
de los nutrientes de los manglares, que a su vez atraen
a los pelágicos. Otras dos inmersiones interesantes
en Turneffe son la Pared del Coral Negro y la Pared
de la Puesta del Sol (Sunset Wall).
Glovers es un atolón que también
fue declarado reserva marina. La mayor parte de sus
islas fueron compradas por Wildlife Conservation International
en 1990 y apenas existen infraestructuras hoteleras
o de buceo, quedando fura del circuito de los cruceros.
La mayor parte de sus puntos de buceo están cercanos
a la playa y son bajos que no sobrepasan los 30 metros
de profundidad que presentan una variedad de corales,
esponjas y tubos. Para bucear allí podemos contar
con los pequeños centros de buceo familiares
que existen. Ideal para buceadores poco experimentados.
Verano o Invierno
Los norteamericanos suelen darse una escapada durante
el invierno, que en algunas zonas de los EE.UU. es muy
duro, y encuentran en Belice un paraíso de relax,
cercano, con temperaturas suaves, sin lluvias y de habla
inglesa.
|
|
|
|
|
Tiburón nodriza
|
Pez ángel
|
|
Pero precisamente
por eso, el invierno es la temporada alta, por lo que es recomendable
viajar en verano ya que, a pesar de abundar las precipitaciones
que no son muy intensas y que muchas veces no pasan de chubascos
esporádicos y cortos, hay menos gentío y nos podemos
beneficiar de descuentos por temporada baja (mayo-noviembre).
No todo es buceo en Belice. Podemos disfrutar de sus ruinas,
con más de 10 yacimientos mayas, de sus selvas con cientos
de especies de aves y plantas exóticas y el misterioso
jaguar. Tiene unos 200.000 habitantes entre mestizos (hispano-indígenas),
criollos (europeo-africanos), garifunas (indígeno-africanos),
europeos, mayas e incluso asiáticos. Con esta mezcla
de razas, culturas y credos no es de extrañar que la
misma pluralidad que encontramos bajo el mar la encontremos
en tierra. Pese a ella, o mejor, precisamente por ella, Belice
ha sido siempre tranquilo y estable. |
|
|
ccc |
|
Más allá de las
islas de Turneffe se encuentran unos pequeños cayos
unidos por el arrecife. El Atolón del Faro (Lighthouse
Reff) al ser el más alejado de la costa es el más
protegido y el que se considera más interesante
para el buceador. Durante años fue un lugar explorado
por buscadores de tesoros. Se creía que allí
se encontraban los restos del galeón español
San Juan Bautista, hundido en 1822 con un cargamento de
oro y plata. Pero sus verdaderos atractivos son otros.
Entre el Cayo de Sandbore, al norte y el Cayo de la Media
Luna, Cayo Largo y Cayo sombrero, al sur del atolón,
se encuentra el Cenote Azul, Blue Hole, de 350 metros
de diámetro y 140 de profundidad, el más
grande agujero azul del mundo. No fue un meteorito sino
el hundimiento, hace 10.000 años del techo de una
antigua caverna que quedó sumergida lo que provocó
este agujero azul en medio del arrecife. En su interior
no hay apenas fauna. A los 32 metros se accede a una galería
aún sin terminar de explorar, y aún son
visibles enormes estalactitas y estalagmitas que indican
el origen terrestre de la cavidad. Esta inmersión,
a 80 kilómetros de la capital, Ciudad de Belice,
era una de las preferida de Jacques Cousteau, que la hizo
mundialmente famosa. La luz del sol apenas penetra por
lo que no hay vida animal, aunque a veces se aproximan
algunos curiosos tiburones toro, de aleta blanca y martillos,
pero a pesar de tratarse de una inmersión con cierta
dificultad por su profundidad, el paisaje es tan extraordinario
que fascina a los que la realizan.
Pero el atolón no tiene pérdida y otras
ocho inmersiones nos estarán esperando allí.
Cerca del Cenote Azul se encuentra West Point, con una
visibilidad de 40 metros que nos permite ver una pared
que a siete metros muestra corales duros y gorgonias moradas,
y a más profundidad esponjas de tubo amarillas,
peces loro, mariposa, trompeta, cofre y meros. Al sur
de Blue Hole, hay unos cuantos puntos de buceo rodeando
Cayo Largo: Acuarium, una explosión de vida; La
Catedral, con espectaculares corales duros; Painted Wall,
repleto de esponjas y ascídias pintadas; La Pared
de los Peces Ángeles, con peces ángel franceses,
grises, reinas y rocas; El Cayo de la Media Luna, reserva
natural y punto de snorkeling, que es donde se encuentra
el faro de 1848 que da nombre al atolón y donde
descansan sobre la arena los tiburones nodrizas; La Pared
de la Media Luna, con águilas marinas y tiburones
ocasinales; y el más al sur, Long Caye, con largos
y estrechos pasillos arenosos con anguilas, gobios y lenguados. |
|
|
|