Texto y fotos: Berta Martin y Giampiero Migliaccio


TURISMO INTERNACIONAL
Portofino: Puerto de los delfines
 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Nos encontramos en el norte de Italia, al este de Génova, en una zona de interés naturalístico muy importante y protegido; el Parque Marino del Promontorio de Portofino nació en el año 1999, para valorizar los recursos biólogicos y geomorfológicos de la zona y difundir el conocimiento de la ecología y la biología. De cara a un mar verde oscuro, la angosta autovía serpentea entre magníficas residencias, lujosos hoteles y las paredes rocosas de los promontorios. Aquí, las aguas del Mar de Liguria les proporcionan a los turistas las mejores posibilidades para la práctica de los deportes náuticos, como windsurf y jet ski, pero especialmente el buceo de profundidad, elegido por italianos de todo el país y algunos extranjeros que descubrieron el secreto.

 

Se caracteriza por su gran variedad de ambientes: grietas, cuevas, túneles, arena en el fondo profundo, etc. un ambiente ideal para el reparo de numerosas especies de peces y moluscos. Hace muchos años que Portofino dejó de ser un pequeño pueblito pesquero. Cobró fama cuando los turistas italianos más ricos descubrieron, después de la Primera Guerra Mundial, esta belleza acumulada al pie de los promontorios y mirando hacia el mar. Este paisaje, que sube y baja, y el estilo de las antiguas casas del pueblo pintadas de colores pastel le dan un asombroso parecido con algunos pueblitos de la llamada Costa Verde de Brasil. Ya en la época del Imperio, el romano Plinio describía la belleza del lugar con el nombre de Puerto de los Delfines, y exaltaba la calidad de su clima que, aún en el duro invierno italiano, garantiza días de sol y temperaturas de, por lo menos, 15 grados.
Los puntos de inmersión son numerosos, nosotros analizaremos los más conocidos y los que sorprenden mayormente.

Secca isuela
Se trata de una seca que se eleva desde 55 metros de profundidad y su cima llega a 14 metros de la superficie. Se encuentra en mar abierto, sin protección alguna y por ello se considera una inmersión de dificultad media-alta, ya que a menudo la corriente puede ser fuerte. Tiene forma de “panetone” y se suele recorrer de forma concéntrica, ascendiendo poco a poco para poder observar y gozar de todo lo que puede ofrecernos. Normalmente, la inmersión se lleva a cabo en el sector suroeste. Bajaremos siguiendo la cadena hasta llagar al ancla, y dejaremos la pared a nuestra derecha; durante el descenso podremos descubrir, entre las grietas maravillosas que forma la roca, morenas (incluso en pareja), congrios, gambitas y escórporas de tamaño considerable. La tentación de permanecer explorando este punto es mucha, pero si damos una ojeada hacia el abismo o hacia el azul nos daremos cuenta de que estos también son entusiasmantes y sorprendentes por el gran número de meros, sargos y dentos gigantes que nadan tranquilos a nuestro alrededor y nos observan curiosos. Si proseguimos hacia ponente, a una profundidad de 25 metros, podremos difrutar de otra maravillosa sorpresa, una extensión enorme de gorgonias rojas, donde a menudo se observan huevas de pintarroja. Dentro de las grietas, con la ayuda de un foco, veremos pequeñas ramas de coral rojo e incluso algún que otro ejemplar de mustela. Durante nuestro ascenso hacia la barca, pasaremos por una especie de cueva, cuyo techo se encuentra completamente tapizado de Parazoanthus (margaritas de mar) de un color muy vivo y que resaltan ante nuestros ojos; dentro, en un agujero hemos podido ver un congrio de grandes dimensiones. Seguimos nuestro camino, pocos metros más adelante la pared está llena de pequeñas gorgonias de color amarillo. En nuestro paseo submarino nos acompañarán siempre meros, sargos y dentos. Terminaremos la inmersión en la cima de la seca, explorando de nuevo bien la zona, para no perdernos ningún detalle. En ella hemos encontrado varios ejemplares del blénido Parablennius pilicornis, en la fase amarilla, que se divertían a observarnos.

Cristo degli abissi
El promontorio de Portofino es famoso también por el “Cristo de los Abismos” que se encuentra en una pequeña y maravillosa bahía, en San Fruttuoso di Camogli y representa un símbolo entre todos los buceadores y apneístas. La estátua fue sumergida en el lejano 1954 y en el 2003 fue restructurada y devuelta al fondo en julio de 2004; es de bronce, resultado de la fusión de medallas al valor militar de marineros, anclas de barcos y otros objetos gloriosos de personas que dedicaron su vida al mar. La inmersión empieza justo sobre del Cristo, que observaremos rodeado de peces, inmerso en este mundo maravilloso para proteger a quienes se sumergen en él. Dejaremos la estátua a nuestra derecha e iremos hacia la pared, donde a una profundidad de 30 metros encontraremos una grieta alta y rica de coral rojo, refugio de numerosas langostas. Seguiremos nuestro camino a lo largo de la pared, entre bloques de rocas donde podremos encontrar escórporas, morenas, pulpos de grandes dimensiones, nudibranqueos de diferente tipo y la pared recubierta de margaritas de mar, que ofrecen un escenario encantador. De vuelta a la barca, dedicaremos de nuevo unos minutos al Cristo y a contemplar los sugestivos juegos creados por la luz del sol.

Secca gonzatti
Se encuentra al este de la bahía de San Fruttuoso. Llegados a la boya que indica la seca, descenderemos a lo largo de la cadena del ancla y dejaremos la pared a nuestra derecha. Se pueden observar, incluso distantes, meros de talla gigantesca, bancos y familias de sargos, dentos verdaderamente enormes que, acostumbrados a la presencia del hombre, no se asustan y permanecen relativamente cerca para observarnos y estudiarnos. En las cavidades, grietas y fisuras surcadas en la pared, y con la ayuda de un foco, podremos descubrir congrios, morenas y nubes de reyuelos maravillosos, que dan un color fantástico a nuestras fotografías. Si seguimos descendiendo, a unos 30-35 metros de profundidad, la pared nos ofrece ricos ramos de gorgonias rojas. A lo largo de nuestro paseo submarino, podremos observar nacras de diferente tamaño que a menudo se cierran cuando nos acercamos. Terminaremos la inmersión en la cima de la seca, jugando y descubriendo castañuelas, llisas, peces verde o fredis, doncellas, serranos, nudibranqueos como la vaquita suiza o las flabelinas, etc.

Colombara
Nos encontramos, de nuevo, al este del canal de San Fruttuoso, en un punto donde la roca penetra en el promontorio, hogar de millones de gaviotas y colomas, que dan nombre al punto de inmersión. Desdendemos a lo largo de la cadena del ancla, que se encuentra a unos 10 metros de profundidad, delante de la cual empieza una pared que degrada poco a poco hacia el fondo hasta 36 metros, donde hallaremos una maravillosa cueva completamente recubierta de margaritas de mar y coral rojo. Prosiguiendo a lo largo de la pared, que nos queda a mano izquierda, llegamos hasta un grupo de gorgonias rojas que señalan el incio del ascenso. A unos 22 metros, una cueva-túnel nos ofrece en su interior un espectacular grupo de gambitas, que corren a esconderse ante la luz de los focos. Al salir fuera, nuestros ojos se soprenden ante la vista de grandes dentos en medio de millones de pequeñas burbujas que provienen de la primera cueva. Emprendemos el regreso, con la pared a nuestra derecha, en ella las grietas recubiertas de margaritas de mar hospedan morenas y congrios curiosos que nos observan un poco atemorizados.
¡Pero el espectáculo todavía no ha terminado! A unos 10 metros de profundidad encontramos otra grieta que nos lleva hasta una gran cueva, que se abre con un espléndido anfiteatro; a su izquierda una playa, a la derecha un sifón nos conduce hasta la superfície; aquí, podemos sacarnos la máscara y contemplar maravillosas estalactitas y estalagmitas. Desdendemos y a unos 6 metros de profundidad encontramos la salida y terminamos nuestra inmersión.

Testa del leone
Esta inmersión, que toma el nombre (cabeza de león) de la roca que vemos en la superficie llegando con la barca, es una de las paredes más ricas de vida de todo el promontorio. Es un conjunto de bloques de rocas, desprendidos de una de las paredes más rípidas del lugar, que forman grietas y cuevas. La profundidad del fondo va de los 20 a los 35 metros y podemos observar a lo largo de toda la superficie gran cantidad de gorgonias rojas y coral rojo. Es fácil encontrar langostas, morenas, congrios, mustelas que asoman de los numerosos agujeros surcados en la roca. Dando un vistazo al azul podremos contemplar los grandes dentos, siempre presentes en el promontorio. Seguimos a lo largo de la pared unos 100 metros para luego girar a 90°, punto en el que empieza el regreso. A unos 8 metros de profundidad se halla la entrada de una cueva muy interesante, a la que sigue una amplia arcada con un manantial de agua dulce, que baja la temperatura del agua cerca de la superficie y crea una aloclina muy sugestiva.
Antes de volver a la barca, visitamos el conjunto de rocas desprendidas bajo la pared que precipita desde la superficie; delante de una cavidad formada por dos grandes bloques rocosos recubiertos de madréporas solitarias, descansan durante el verano muchos meros, incluso de gran tamaño, que se dejan acercar sin problemas. Terminamos aquí nuestra inmersión, rodeados de peces de diferente tipo.

Altare
Es de todas las inmersiones analizadas la que se encuentra más al este. Descendemos hasta el ancla que se encuentra a unos 15 metros de profundidad y proseguimos hacia el oeste para llegar hasta la pared. Este breve trayecto está lleno de rocas grandes aisladas, donde es fácil encontrar morenas escondidas en pequeños agujeros. Llegados a la pared, ésta degrada hacia el fondo en dirección sur. La pared está poblada por gorgonias rojas, y a unos 35 metros de profundidad coral rojo, gorgonias y espirógrafos de grandes dimensiones. La pared gira hacia el oeste y tras pocos metros, ante nuestros ojos se abre un espectáculo único: dos paredes verticales y casi paralelas se elevan para formar un enorme anfiteatro de más de 20 metros de altura.
Para los más expertos, una breve visita a 40 metros de profundidad para saludar a un enorme bogavante.
Regresamos a las dos paredes verticales para descubrir en su interior morenas, langostas, congrios, escórporas y pequeñas ramas de coral rojo que tapizan la roca. Nos dirigimos hacia la costa, a unos 18 metros de profundidad y si todavía nos queda suficiente aire nos desplazamos hacia el oeste hasta llegar a un bloque grande rocoso con un hueco donde suele habitar un mero de talla grande y alrededor del cual nadan un gran número de castañuelas, chuclas, sargos y dentos gigantes. Giramos en torno al bloque y emprendemos el regreso, dejando la costa a mano izquierda hasta llegar de nuevo a la pequeña bahía, caracterizada por un fondo poco profundo donde podremos terminar la inmersión observando unas anémonas que hospedan algún que otro pequeño cangrejo camuflado entre sus tentáculos. Estas son solo algunas de las inmersiones que nos ofrece este maravilloso lugar, en nuestro Mediterráneo. Portofino es un paraíso, tanto dentro como fuera del agua, un destino cercano que nos espera para sorprendernos con sus fantásticos paisajes, terrestres y submarinos.

 

 

DATOS DE INTERES

País: Italia
Lugar: Portofino (Génova)
Cómo llegar: desde Madrid a Génova, vuelo directo con Iberia.
Temperatura del agua: alrededor de los 24-26 grados en verano; 13-15 en los meses más fríos del año.
Otras actividades: visitas a Portofino, Santa Margherita, Camogli, Génova, etc. La tierra de Liguria ofrece mucho al turista, desde museos en la ciudad, iglésias de gran belleza, el famoso acuario, salidas con barco para visitar el promontorio de Portofino, salidas para avistar cetáceos, excursisones al Parque Nacional de “Le Cinque Terre”, etc.
Con quién bucear: Corderia Nazionale Sub Assai. Tienda y centro de buceo. Posee dos bases operativas, una en Génova y la otra en Nervi, un pequeño barrio pescador de Génova, más cercano al promontorio. Disponen de 3 zodiacs muy rápidas y una barca grande de 20 metros y otra de 16; Las inmersiones suelen realizarse en el promontorio de Portofino y en los muchos pecios del golfo de Génova, siempre acompañados por los guías, con ellos se pueden descubrir los secretos de estos fondos, tranformando una simple inmersión en un momento inolvidable.


 

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