Sin miedo a equivocarse, se puede afirmar que las Islas Galápagos están en las primeras posiciones de la lista de destinos predilectos de cualquier buceador aficionado a los grandes animales. Estas islas de Ecuador han sido, desde hace décadas, cita obligada de naturalistas de todo el mundo, atraídos por la peculiaridad de sus especies terrestres, tales como iguanas, tortugas gigantes, pingüinos, piqueros de patas azules y rojas, pinzones y un largo etcétera. Los botánicos también tienen a estas desérticas islas en su punto de mira, ya que su flora es igualmente interesante, pero la fauna marina parecía haber pasado desapercibida para una gran parte de los aficionados a la naturaleza, desconocedores de que la autentica explosión de vida de las Galápagos, su mayor tesoro, se encontraba bajo la superficie marina.
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Con la expansión del buceo recreativo por el mundo, también se llego a estas latitudes, y en la actualidad este es uno de los destinos más codiciados, especialmente por aquellos buceadores que buscan emociones fuertes, sumergiéndose junto a centenares de tiburones martillo, tiburones galapagueños o inmensos tiburones ballena.
El archipiélago lo forman 12 islas principales y numerosos islotes, a los que hay que sumar dos islas más alejadas, en dirección noroeste, las famosas Wolf y Darwin. Pese a que la región central ofrece interesantísimos puntos de inmersión como pueden ser Rocas Primo, Rocas Gordom, Plazas Norte o León Dormido, en donde abundan los leones marinos, barracudas, tiburones puntas blancas de arrecife e interminables cardúmenes de pargos, toda la atención para el buceo se suele focalizar en Wolf y Darwin. El aislamiento de estas islas, las corrientes marinas y posiblemente miles de razones más, han convertido estos lugares en el hogar para múltiples especies muy carismáticas, y a cual mas apetecible de encontrar.
Tiburones de todos los tamaños
El avistamiento más deseado es el del tiburón ballena, que suele ser visitante asiduo de la Isla de Darwin entre los meses de Julio y Diciembre; poder bucear junto a un animal de 14 o 16 metros, es siempre una experiencia apasionante. Pero pese a ello, en ocasiones estos gigantes se ven eclipsados por otros tiburones, como los martillo. Estos escualos forman grandes grupos, que en ocasiones pueden llegar a varios miles, y pasan largo tiempo cerca de estas costas, regalándonos un espectáculo submarino; en ocasiones estos grupos llegan a mezclarse con los buceadores, mostrándose tranquilos y haciendo que pasemos momentos inolvidables.
En lo que se refiere a momentos inolvidables, algo parecido suele ocurrir con los tiburones galapagueños, ya que estos robustos animales suelen formar grupos reducidos, y son muy curiosos, realizando inquietantes y veloces pasadas alrededor de los buceadores o merodeando durante más de una hora a su lado. Uno de los mejores lugares para disfrutar con los tiburones galapagueños es la isla de Wolf, en un lugar llamado El Derrumbe, y ese mismo punto es perfecto para contemplar otra especie curiosa: las águilas marinas. Estos familiares cercanos de los tiburones sueles verse en grupos de entre 3 y 15 individuos, y si no les molestamos, pueden pasar toda la inmersión ante nosotros, sus majestuosos movimientos asemejan el vuelo de un ave, y su curiosidad les hace acercarse a los buceadores (hay que permanecer quieto en un punto) hasta literalmente tocarnos con la punta de sus aletas.
Delfines, atunes y barracudas
Pero la lista de atractivos submarinos de Galápagos puede ser interminable, y especies que en otro destino serían los auténticos protagonistas, en estas inmersiones ocupan un papel secundario. Uno de los casos más típicos es el de los delfines, que suelen merodear por el Arco de Darwin, permaneciendo curiosos junto a los buceadores, pero que suelen quedar desplazados por la presencia de cientos de tiburones martillo o tiburones ballena. En ocasiones el telón de fondo de nuestras inmersiones puede ser un barco interminable de carángidos o de atunes de aleta amarilla, en otros casos millones de peces sargento o un gran cardumen de barracudas, pero en cuanto aparecen los grandes tiburones, toda la atención se centra en ellos.
El buceo en Galápagos podría calificarse como simplemente apasionante. Prueba de ello es que es uno de los destinos más repetidos, y cada visita puede ser un viaje diferente, ya que la riqueza de sus fondos hace que las inmersiones sean algo en permanente cambio, pero sin perder por ello calidad. Un de esos lugares que un buceador no debería perderse.
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