Sin dejar de ser verdad estas afirmaciones, lo cierto
es que se conoce muy poco del comportamiento de los
grandes tiburones, y los huecos de ignorancia son
rellenados sistemáticamente con una mezcla
de fantasía, suposición y mitología.
De todas formas, cuando a uno se le presenta la oportunidad
de bucear con tigres no puede evitar un cierto escalofrío
en la nuca. Bucear con estos super-depredadores de
costumbres más bien carroñeras y oportunistas,
y hacerlo además sin jaula, parece algo más
propio de películas hollywoodienses que de
una actividad cabal. En un libro se leía este
texto: “Generalmente, es raro que un submarinista
vea a esta especie tan impresionante. Encuentros dirigidos
con especimenes grandes de esta especie deben evitarse
saliendo del agua”. Nada más lejos de
la realidad ocurre a 15 millas al Noreste de Gran
Bahama, en TIGER BEACH, la cuna del tiburón
tigre: ¡¡Encuentros con contacto directo!!.
El tiburón Tigre (Galeocerdo cuvier)
Al nacer puede alcanzar la longitud de 76cm. Los machos
adultos pueden medir hasta 370cm y las hembras hasta
550cm. (se han encontrado especies de casi 7m.)
Su distribución es Circuntropical, encontrándolos
en profundidades desde los -300m. hasta la superficie.
Se puede encontrar en un amplio rango de lugares,
desde aguas claras en torno a arrecifes de coral a
zonas turbias, estuarios y bahías. Estos tiburones
son de morro ancho y claramente redondeado. Su aleta
caudal está muy desarrollada siendo más
grande que en otros tiburones. Su coloración
en individuos jóvenes tiene un patrón
de bandas oscuras verticales sobre un fondo claro,
similar a los tigres terrestres. Esta coloración
se hace más tenue en los ejemplares más
adultos. Se caracteriza por su forma de nadar lenta
aunque es capaz de realizar ataques raudos sobre sus
presas. Su actividad principal es por la noche acercándose
a aguas menos profundas para cazar. Sus presas son
variadas e incluyen cangrejos, langostas, moluscos,
calamares, peces bentónicos, tiburones, rayas
y mamíferos marinos. Sus presas preferidas
son las tortugas.
El Wrangling
“Wrangle” en inglés significa disputa.
Esta palabra extrapolada a los tigres puede tener,
en principio, una consecuencia un tanto dramática.
¿Qué le podemos disputar a un tiburón
tigre con 4 metros de longitud y casi 500kg.? Nada,
aunque en este caso la disputa es por la comida pero
de forma “controlada”. El wrangling consiste
en intentar atraer con cebo a los tiburones cerca
del barco. Para ello se utiliza un cabo que en uno
de sus chicotes (extremos) lleva atado con alambre
varios pedazos de pescado y una boya pequeña.
El otro chicote se hace firme en el interior del barco
por si el individuo que está haciendo wrangling
no es capaz de aguantar los tirones de los tiburones
cuando muerden el cebo. El wrangling es una de las
partes más emocionantes del encuentro con los
tigres. En principio se usa para atraer a los tiburones
a la zona donde está el barco y así
disfrutar de “su presencia” bajo el agua.
Pero este hecho se aprovecha para divertirse un buen
rato también en superficie. Los tiburones,
al seguir con insistencia el cebo, se acercan al barco
hasta tocarlo. En este momento, si el tiburón
no suelta
“la presa” y el que maneja el cabo es
un poco hábil, se puede ver al tiburón
cabecear de un sitio a otro, con medio cuerpo fuera
del agua, intentando hacerse con el pescado. Esta
imagen es espectacular. En algunas ocasiones la lucha
es tal que el tigre puede montarse encima de la plataforma
de popa del barco. Otras veces el tiburón hace
caso omiso al cebo y arremete contra la plataforma
o lo que es peor, contra los aparatos de los fotógrafos
o cámaras que están en dicha plataforma.
En este caso hay que estar atento para abandonar rápidamente
la popa del barco. ¡Las piernas están
en juego!.
Desafío dentro
del límite
Ocho, quizá nueve tiburones tigres merodean
alrededor del barco después de estar un buen
rato haciendo wrangling. Con el cebo del cabo y con
cinco cajas llenas de pescado bajo el agua, los tiburones
permanecen a escasos metros de la embarcación
sin parar de dar vueltas. La adrenalina empieza a
subir en el momento que indican que hay que saltar.
El fondo está a sólo cinco metros, con
lo cual el descenso es muy fácil. Lo más
complicado es no llamar demasiado la atención
de los tiburones y sobre todo... no caer encima de
ellos. Una vez posados en el fondo con el bastón
y la cámara, y en formación de “U”,
como el guía indicó en el briefing,
los buceadores sólo tienen que estar tranquilos
y tomar su vídeo ó sus instantáneas.
Los tigres, al principio un poco tímidos, dan
vueltas en círculo, alejados varios metros
del grupo. Se acercan y se alejan a su antojo. En
el comienzo de la inmersión se suceden en tandas
de dos o tres ejemplares. En algún momento,
el más atrevido, entra por la boca de la “U”
y se desliza suave y lentamente por el pasillo que
forman los buceadores. La expectación es increíble.
En estos momentos se puede contemplar al tiburón
a sólo dos metros de distancia. Las cámaras
comienza a dispararse, señal de que los fotógrafos
empiezan a estar tranquilos. Los tigres empiezan a
estar a gusto con los buceadores. El ambiente que
se “respira”, nunca mejor dicho, es de
tranquilidad. En ese momento, al estar los tiburones
totalmente confiados, empiezan los acercamientos extremos.
Los tigres se acercan cada vez más, a un metro,
a medio, incluso... contactan con los buceadores.
Los impactos son leves, casi todos contra las cámaras
y los bastones. Su olfateo al ras del fondo buscando
el cebo es el motivo principal de estos impactos.
Ahora no paran de acercarse. Nadan muy cerca del grupo,
a escasos centímetros. Hay momentos que
se cuentan cinco tiburones de casi
cuatro metros entre los buceadores del grupo. Sin
palabras... Pasan por los laterales, por encima, por
detrás, olisquean, chocan, te miran a menos
de treinta centímetros. La sensación
es de las mejores del mundo con tiburones. Al final
de la inmersión, antes del ascenso, se suelta
algo del cebo que estaba dentro de las cajas, eso
si, siempre de poco en poco. En este instante se ve
como los tigres se acercan para comer y tragan, tranquilamente,
las cabezas o raspas de pescado. No se ponen nerviosos,
saben perfectamente que el cebo es su comida, no los
buceadores. En el momento del ascenso se mira a todos
los lados. Una vez que se está seguro de que
no hay ningún tigre alrededor, se comienza
el “acelerado” ascenso. En pocos segundos
se está en la plataforma del barco. En ese
momento, cuando se ven las enormes siluetas de los
tiburones a pocos metros de la superficie, uno se
pregunta: “¿He estado yo ahí?”.
La respuesta es si, en cuerpo y alma, pero siempre
pensando que este desafío se ha hecho dentro
de los límites.
Briefing
para tigres
Siempre es importante atender a las explicaciones
previas que da el jefe de la expedición
antes del buceo con los tigres. La noche anterior
a los encuentros se realiza un amplio briefing
para saber como se debe comportar uno con estos
tiburones. Dando por supuesto que todo el mundo
debe estar tranquilo, principal actitud bajo el
agua, se destacan en esta charla los siguientes
temas:
• Descensos y ascensos. Deben ser muy rápidos
debido a que en superficie es donde el tigre se
alimenta más asiduamente.
• Capucha y guantes. Obligatorio su uso
para que el tigre no confunda nuestra piel con
posibles peces.
• Material oscuro. No se debe llevar traje
ni aletas claras por la razón anterior.
• Movimientos lentos. Se recomienda moverse
poco y lentamente para no llamar la atención
de los animales.
• Formación en “U”. Es
muy importante permanecer todos los buceadores
juntos y en forma de U para tener controlada la
entrada y la salida de los tigres.
• Comunicación con los buceadores.
Se debe avisar con señas a los otros buceadores
si un tigre se le acerca por la espalda.
• Cebo. Bajo ningún concepto se debe
tocar el cebo que lleva el guía. En caso
de rotura de alguna de las cajas de pescado los
buceadores deben alejarse lo máximo posible
de ella.
• Bastones. Es muy importante bajar con
bastones de plástico para utilizarlos golpeando
al tiburón en el caso de que se acerque
demasiado.
• Nervios y flashes. Los nervios de los
buceadores pueden hacer que los tiburones se vayan.
Los flashes y los focos no molestan a los tiburones. |