El archipiélago Los Roques es conocido desde 1529, en que aparece reflejado por vez primera en una cartografía española. De ahí en adelante pasará a ser mencionado como Roca, la a'roca, Roque, etc. Para quien se aproxime al archipiélago desde el aire, el mapa del mar le descubrirá súbitamente una superficie de alto contraste, plena de luces, claramente recortada sobre el fondo. Son las mismas islas que una vez fueron avistadas por los barcos conquistadores, la misma arena blanca que una vez los piratas del Caribe pisaron, azules intensos y cegadores en el cielo, y ese mar, no aquél homogéneo de otras latitudes, sino veteado en miles de verdes, pero siempre pransparente, brillante y nítido.
Los roques son unos 42 islotes que rodean una laguna de unos 400 km2. hacia el noroeste se levantan las escasas alturas de El gran Roque, con sus tres faros y una red de casitas que una vez fueron de pescadores, aquellos que llegaron de la Isla Margarita. Ahora las casas particulares dan paso a las posadas y los visitantes se multiplican. El resto del archipiélago, con sus cayos planos y desérticos, sólo están poblados por una rica variedad de aves. Pero el genuino tesoro de Los Roques comienza bajo la línea de la orilla. Es en el fondo del mar donde los verdes y azules se combinan de un modo inagotable con tonalidades únicas. Los arrecifes son el cobijo de miles de especies que disfrutan de estas agua tropicales cuya biodiversidad es envidiable.

Parque Nacional
En 1972 un decreto presidencial transforma al archipiélago en Parque Nacional. La riqueza de sus aguas habían propiciado desde mediados del siglo XX una creciente actividad pesquera, especialmente de la langosta y del botuto. Esto unido a un turismo no organizado de visitantes con embarcaciones propias y una urbanización incontrolada, generó daños paisajísticos y ecológicos importantes. Buscando defender la zona de estas agresiones se la declara Parque Nacional. En 1990 se aprueba complementariamente el Plan de Ordenamiento y Reglamento de Uso de Los Roques, el cual establece una zonificación del parque y las actividades que pueden desarrollarse en él. De acuerdo con la zonificación hay cinco zonas para las distintas actividades permitidas:
1- Zona de Protección Integral, en la que está prohibido el acceso salvo a los investigadores debidamente autorizados.
2- Zona de Ambiente Natural Manejado, en la que se permiten paseos en bote, vela y motor, pero por rutas señaladas, y también se permite la pesca deportiva y la fotografía.
3- Zona Privativa Marina, en la que además de las anteriores actividades se permite el snorkeling, la natación, el submarinismo, senderismo por senderos prefijados y la observación de la naturaleza en grupos no superiores a las 15 personas.
4- La Zona de Recreación o Zona de Servicios permite todo lo anterior y la acampada, deportes naúticos, etc.
5- La Zona de Uso Especial es la de la estación de Biología Marina Dos Mosquises, en donde se han desarrollado programas de investigación durante los últimos 30 años, entre ellos el de repoblación de tortugas marinas.
Las condiciones ambientales del archipiélago son extraordinarias. La media anual es de unos 29º C, siendo los meses cálidos septiembre y octubre, y el más fresco febrero. Los días son soleados y las noches frescas. Los vientos alisios que permanentemente soplan en dirección nordeste-sudoeste marcan una ausencia total de lluvias a excepción del lapso comprendido entre septiembre y enero.

Ecosistemas marinos
La riqueza de especies en aguas del archipélago es impresionante. Sus arrecifes tienen un valor biológico, ecológico y paisajístico incomparable. Algunas especies de peces como los navajones o peces cirujanos, las cachamas, isabelitas o peces ángel y mariposa, tienen adaptaciones especiales a la vida del arrecife; los llamativos peces lábridos limpian a otros peces; los peces loro raspan con sus mandíbulas los pólipos de la superficie calcárea de los corales. Hay también peces apreciados comercialmente como los pargos, rabirrubias, carites y meros. Pero la reina del arrecife es la langosta espinosa. El 90% de la producción nacional de Venezuela es de Los Roques.
Pero además del arrecife, Los Roques cuenta con amplias praderas de fanerógamas marinas. Se encuentran en aguas superficiales iluminadas por el sol a profundidades que van de los 0,5 a los 6 o más metros, dependiendo de la transparencia de las aguas. Forman zonas oscuras en las lagunas de poca profundidad detrás de las barreras coralinas o se ubican en las zonas de manglares, donde configuran el sustrato ideal para el asentamiento de especies como la tortuga verde, los peces loro y cirujanos, y los manatí. Cientos de especies encuentran refugio en estas praderas, también las estrellas de mar, los pepinos, los gusanos o moluscos tan apreciados como el botuto, uno de los mayores caracoles del Caribe, de concha rosada y sabrosa carne. El botuto se comercializó como plato típico, se le atribuían facultades afrodisiacas, su concha era un adorno muy apreciado, etc. Por lo que estuvo en peligro de extinción y ahora su captura ha sido temporalmente prohibida.

Zonas de buceo
De acuerdo con los cambios en la topografía de los arrecifes, en Los Roques se pueden apreciar tres zonas de buceo diferenciadas. La primera zona es la Plataforma Somera (-0,5m a -8m), que se trata de una terraza que desciende suavemente desde la línea de la costa hasta los 8 metros de profundidad. En ella la diversidad de especies es baja y abundan trozos de coral muerto, sobretodo del llamado orejón y del cacho 'e venao. Esto se debe al gran estrés físico al que se someten los organismos marinos por causa de las fuertes corrientes y cambios de marea, que dejan expuestas al aire la mayoría de las cabezas de los corales. La segunda zona es la Cresta Arrecifal, que se encuentra entre los 8 a 15 m de profundidad, con una mayor diversidad y con un porcentaje de coral muerto muy bajo. Por último, la tercera zona es el Talud Arrecifal que va desde los 15 a los 40 metros de profundidad y es conde se concentra la mayor riqueza biológica de Los Roques.