MEDICINA
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Tabaco y buceo: mezcla tóxica
Fumadores que bucean e intoxicación por CO
 

El monóxido de carbono (CO) es un gas que aparece en la atmósfera de forma natural. Existen situaciones en las que una persona puede intoxicarse de forma aguda, por ejemplo en un incendio. Sin embargo, para la aparición de síntomas patológicos se requieren concentraciones mínimas de un 0.2%. Una de las razones por las que el CO puede pasar totalmente desapercibido es debido a que no tiene ningún tipo de olor ni sabor. Si está mezclado con otras sustancias derivadas del petróleo que en cambio, sí huelen y saben, nos alertaría sobre ese aire que respiramos.
La intoxicación puede provocar que labios y uñas adquieran una coloración rojiza color cereza que pueden ayudarnos a descubrirla. El exceso de CO origina también dolores de cabeza, confusión, e inclusive reducción de la visión.
En el mundo del buceo, una posibilidad de intoxicación a tener en cuenta es que este gas puede encontrarse en el interior de la botella si la toma de aire del compresor no se encuentra en el lugar adecuado, o si se produce una combustión parcial del aceite que se utiliza para lubricar los cilindros del compresor por las elevadas temperaturas que pueden alcanzarse dentro de los mismos. Si el buceador no se percata, y se sumerge en el agua con aire contaminado, podría desmayarse.
Pero quiza, una de las vías que lamentablemente más nos afecta hoy en día, y de forma voluntaria, es el tabaco. Debido a la combustión incompleta de las hojas de tabaco, se genera una gran concentración de CO que se acumula en los pulmones. Este incremento en los niveles del gas, puede ocasionar problemas similares a los producidos al respirar aire contaminado desde cualquier otra fuente.

Conforme el buceador fuma, el monóxido de carbono va penetrando en el organismo, y se va combinando a la hemoglobina (proteína encargada de transportar el oxígeno dentro de los glóbulos rojos), 210 veces más rápido y con mayor afinidad de lo que sucedería con la molécula de oxígeno. Se necesitan entre 10 y 12 horas después de fumar para que el intercambio de gases se realice con normalidad, por lo que los buceadores que fuman deberían abstenerse de hacerlo al menos en los momentos previos y posteriores de sus inmersiones.
Las moléculas de carboxihemoglobina (HbCO) son muy estables e incapaces de transportar el oxígeno y presentan una coloración más roja de lo normal. De aquí se explica como en intoxicaciones serias, la sangre contaminada sea muy visible al fluir a través de capilares de uñas y labios que están situados muy superficialmente en la dermis. El fuerte enlace de la Hb y el CO produce un déficit de la concentración de oxígeno a nivel de los tejidos y de las células. Asimismo, los científicos han determinado que al fumar se eleva la concentración de CO en la sangre de 3 a 12 veces, por lo que la circulación aumenta para que los glóbulos rojos o hematíes no contaminados sean capaces de compensar las necesidades del organismo elevando el ritmo cardiaco (hasta un 30% su valor estándar), y la presión sanguínea.
Fumar antes de entrar en el agua, y sólo ya con la primera calada, provoca una importante constricción de los vasos sanguíneos reduciendo el aporte de sangre al corazón. Esta situación puede suponer un riesgo en el caso de que el buceador tenga que aletear una cierta distancia o realizar una actividad que suponga un esfuerzo. Igualmente, se ha postulado de forma lógica aunque no está actualmente demostrado, que fumar antes y después de la inmersión ocasionaría importantes alteraciones en la eliminación del nitrógeno, y por tanto, se multiplicaría el riesgo de sufrir un accidente de descompresión.
También al fumar se irritan las vías respiratorias intensificándose las secreciones de las glándulas mucosas, que en determinadas circunstancias potencian la posibilidad de espasmos u obstrucciones de pequeños conductos, que en definitiva podrían desembocar en algún tipo de barotrauma.
Fumar tabaco es una práctica nociva muy extendida que también afecta a todas aquellos que no fuman ni quieren hacerlo pasivamente. El buceador fumador debería ser consciente de este hecho antes de encenderse un cigarro en las instalaciones o barcos de los centros de buceo.

 
 

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