El
buceo está complementado por ricas y sabrosas comidas
y cenas con amigos en la costa: pescadito frito, boquerones
en vinagre, sepia a la plancha, etc. Se nos hace la boca agua
sólo de pensarlo. ¡Qué agradable es la
cocina costera!, los chiringuitos, las freidurías,
los bares de tapas....
Anisakis simplex es un gusano nematodo que parasita en su
forma adulta a mamíferos marinos como ballenas, delfines
y focas. Este gusano se ha convertido en una cuestión
de relevancia social puesto que el hombre puede resultar un
portador accidental de sus larvas, con serias consecuencias
para su salud.
Los anisakis sólo se desarrollan y reproducen en el
interior de los mamíferos marinos. Los huevos son expulsados
al medio mediante las heces, donde eclosionan. Las larvas,
de apenas 1mm de longitud, ya son infectantes, y pueden vivir
en el agua durante 3 meses. Serán ingeridas por pequeños
crustáceos, donde se desarrollarán y alcanzarán
un mayor tamaño. A su vez, estos crustáceos
servirán de alimento para muchos peces y cefalópodos,
que son parte de la dieta principal de los mamíferos
marinos, cerrándose así el ciclo biológico
de este gusano. Cuando los humanos ingieren las especies infectadas
intermedias, las cuales son precisamente las más frecuentes
en la cesta de la compra (bacalao, sardina, salmón,
merluza, atún, calamar, etc.), podemos adquirir el
parásito.
El ser humano es un hospedador accidental y poco adecuado
para el desarrollo de la larva. En el caso de que se ingiera
un alimento parasitado, la larva o bien puede discurrir por
el aparato digestivo eliminándose con las heces con
normalidad y no producir ninguna patología, o bien
puede implantarse en las paredes del tubo digestivo, e incluso
perforar la capa superficial y penetrar en la mucosa gastrointestinal.
Cuando se instala en el sistema digestivo se pueden generar
dos procesos diferentes: el primero, y más habitual,
es lo que se conoce como anisakiasis que consiste en un proceso
inflamatorio de la mucosa digestiva. Los síntomas incluyen
dolor abdominal, acompañado en ocasiones por vómitos,
diarreas, convulsiones y aumento de temperatura. El plazo
de incubación es de 4 a 24 horas a partir de la ingestión
del pescado parasitado. La dificultad del diagnóstico
radica en que estos síntomas pueden confundirse con
los de otras enfermedades como úlceras de estómago,
obstrucciones intestinales, apendicitis, etc.
La
segunda patología supone una reacción alérgica
aguda, que se manifiesta en forma de urticaria generalizada,
acompañada en algunos casos de hinchazón, y
a veces puede desembocar en un shock anafiláctico.
A veces estos síntomas se prolongan incluso cuando
el individuo ha expulsado totalmente las larvas a través
de las heces, o cuando se producen posteriores ingestiones
de la larva.
El gusano es estrictamente marino, por lo que las especies
de agua dulce están libres del parásito, pero
entre el 40 y el 80% de las piezas de peces y cefalópodos
que se capturan se encuentran parasitados, siendo las piezas
más afectadas las provenientes del Mar del Norte, Pacífico
Sur y del Atlántico Norte. Para que el parásito
se transmita al ser humano es preciso y fundamental que la
larva esté viva, y esto ocurre cuando la cocción
del pescado o marisco ha sido insuficiente. La especie que
en nuestro país representa el mayor riesgo potencial
es el boquerón, por la costumbre de su preparación
en crudo y macerado en vinagre. Por ello los medios de comunicación
se han hecho eco del problema, siendo ya bastante común
su conocimiento en la población española, aunque
no existe una conciencia generalizada de que este problema
afecta a muchas más especies habituales en los hogares
españoles.
Las larvas de Anisakis simplex resisten vivas 50 días
en el pescado guardado a 2ºC, 2 horas a -20ºC, 2
minutos a 60ºC y 2 meses en vinagre. Por lo tanto hay
que seguir las siguientes normas básicas para el consumo
de los alimentos del mar, para poder asegurarse de que se
produce la muerte de las larvas:
*
El ahumado de pescados debe realizarse a una temperatura de
60º C durante más de 10 minutos.
* No deben consumirse
semiconservas, marinados, pescados secos o variedades de la
cocina japonesa que no hayan sido congelados previamente.
* En el consumo de boquerones
en vinagre hay que asegurarse que el pescado ha sido congelado
a -20º C durante más de 24 horas.
* Es recomendable tomar
colas de especies de tamaño grande, evitando áreas
ventrales, que suelen ser la más parasitadas. Éstos
deben ser cocinados a temperaturas superiores a 60º C,
por lo que a veces el cocinado a la plancha puede
resultar insuficiente.
* El pescado ultracongelado
en alta mar, del cual se eliminan rápidamente las vísceras
después de su captura, está libre de larvas
vivas de Anisakis simplex, por lo que no existe riesgo.
La normativa ya contempla el tratamiento de los productos
del mar para evitar este problema. En el Real Decreto 1437/1992
de 27 de Noviembre, relativo a la producción y comercialización
de los productos pesqueros, se establece la obligación
de que todos las especies que se vayan a consumir crudas o
prácticamente crudas sean congelados a -20º C
durante al menos 24 horas antes de su consumo.
Así que no siempre el pescaito fresco
es lo mejor.
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