El 20% de los españoles son miopes en mayor o menor grado. La miopía está causada porque el ojo es más largo de lo normal. Cuanto más largo, más miope se es. Aunque suene un poco raro, cuando a un miope le aumentan las dioptrías y debe cambiar de gafas o lentillas, es porque su ojo se ha alargado todavía un poco más. Los buceadores miopes pueden usar lentillas con las gafas de bucear, pero corren el riesgo de perderlas fácilmente. También existe la opción de usar gafas de buceo graduadas. Sin embargo, cada vez es mayor el número de buceadores que optan por operarse de miopía. Desde hace 20 años se empezaron a desarrollar técnicas quirúrgicas sobre la misma córnea para corregir la miopía. Unas más acertadas que otras, tuvieron cada una su importancia y posibilitaron que la ciencia avanzase hasta llegar a la técnica que actualmente está haciendo furor entre la población de miopes que quiere liberarse de las gafas. Se trata del lasik (Laser Asistido Stromal-Intra Keratomileusis). El éxito de esta nueva técnica radica en que corrige hasta aproximadamente unas 12 dioptrías de miopía, mucho más que las técnicas anteriores, y que es menos agresiva. La operación se hace con una gota de anéstésico sobre el ojo. Consiste en levantar una fina lámina de córnea para dejar al aire la zona sobre la que se disparará el láser. Éstos disparos evaporan una pequeñísima parte del espesor corneal. Una vez aplicado el láser, la lámina superficial que se rebanó, se vuelve a colocar como un vendaje natural sobre la zona operada, adaptándose al tallado de la córnea. La intervención es muy corta, aunque el paciente está en el quirófano unos diez minutos, la aplicación de láser dura alrededor de 30 segundos. Cuantas más dioptrías haya que eliminar, más segundos de láser serán necesarios. Previa a la operación se debe pasar una revisión oftalmológica general, siendo imprescindible una ecografía ocular, el cálculo del espesor corneal, un recuento de las células endoteliales, la graduación y una topografía corneal. Tras la operación no es necesario ocluir los ojos, bastan unas gafas protectoras durante un par de días para evitar agresiones molestas como el viento o el frío. Aunque desde el primer momento el paciente ve mejor que antes de operarse, la visión tarda en estabilizarse por término medio una semana.

Debe quedar muy claro, que esta operación no cura la miopía (al igual que ninguna otra técnica quirúrgica contra este defecto de visión) pues el ojo del paciente sigue siendo tan largo como antes, es decir, tan miope como antes de la intervención. Insistimos en que lo que se hace es tallar la córnea superficial para producirle una concavidad que hará las veces del cristal de las gafas, quedando las imágenes enfocadas en la retina Aunque será el oftalmólogo el que decida en cada caso particular, por regla general, un buceador puede volver a meterse en el agua a las tres semanas de la intervención, que es más o menos cuando se le da el alta definitiva. Esperar este periodo es por simple precaución, para evitar las infecciones. Una inquietud habitual de los buceadores que se lasikan (operarse de miopía con la técnica lasik) es qué pasaría si sufren un efecto ventosa a las pocas semanas de operarse. La respuesta es nada. Las succiones sufridas durante una inmersión se evitan fácilmente, y además son de una fuerza insuficiente, incluso las que provocan algún derrame conjuntival, para que produzcan levantamiento de la lamina de córnea. En estos momentos hay una verdadera fiebre por liberarse de las gafas, y en consonancia, están apareciendo un sinfín de centros oftalmológicos que operan con Lasik. La única precaución que debe tomar el buceador es elegir concienzudamente dónde se va a operar, pues la tecnología ha avanzado de tal modo, que aparatos de hace sólo 2 ó 3 años han sido actualmente desplazados por máquinas que garantizan un resultado más fino.