La
obesidad se define como una condición patológica
caracterizada por un excesivo depósito de grasa en
en el organismo, que ocasiona un aumento considerable del
peso corporal. Esto conlleva una serie de problemas
endocrinos, metabólicos, estéticos y socio-económicos
de diversa índole.
El método más utilizado para calcular el grado
de obesidad es la aplicación del índice de
masa corporal o Índice de Quetelet
IMC = PESO (kg) / ESTATURA 2 (m)
Las posibles categorías del índice son las
siguientes:
NORMAL
18.5 a 24.9
SOBREPESO 25
a 29.9
OBESIDAD GRADO I
30 a 34.9
OBESIDAD GRADO II
35 a 39.9
OBESIDAD GRADO III
Más de 40
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En función de la distribución de la grasa
en el organismo, podemos clasificar la obesidad en:
1. Global.
2. Segmentaria.
A. Abdominal o androide. La acumulación de la grasa
se produce en la zona central del organismo. La padecen
principalmente los hombres.
B. Femoral o ginoide. La grasa se acumula principalmente
en glúteos. La padecen más las mujeres.
La obesidad es consecuencia de múltiples trastornos
producidos por diversos factores, pero de forma muy simplista,
se origina por una ingesta de alimentos con aporte calórico
superior al requerido por las necesidades energéticas
del individuo, por lo que el organismo acumula el exceso
en forma de grasa.
El tratamiento básico podría simplificarse
y resumirse en un cambio en los hábitos alimenticios
del individuo así como un aumento en su actividad
física. Aunque hay que tener en cuenta que el consumo
calórico y el ahorro energético es muy variable
en cada individuo, por lo que se explica como hay las personas
que no responden de igual forma a una misma dieta y a la
misma cantidad de ejercicio.
El
sobrepeso y la obesidad constituyen un factor de riesgo
para enfermedades cardiovasculares, aumentando la posibilidad
de sufrir un infarto, y favoreciendo la aparición
de otras muchas como diabetes, hipertensión, hipercolesterolemia
(colesterol elevado), aterosclerosis, etc. Relacionado con
el submarinismo, el riesgo de padecer enfermedad descompresiva
se acrecenta por la obesidad.
El primer estudio sobre la descompresión fue llevado
a cabo por el fisiólogo John Scott Haldane, cuando
en 1906 la Marina Real Británica le encargó
la investigación sobre de la enfermedad descompresiva.
Mediante sus experimentos, Haldane descubrió que
la velocidad de absorción del nitrógeno no
es la misma en todos los tejidos, es decir, que las diferentes
partes del cuerpo humano absorben y eliminan el nitrógeno
de forma diferente. Así, por ejemplo, la sangre absorbe
el nitrógeno muy rápidamente y contiene relativamente
poco nitrógeno antes de que se sature. En cambio,
los fisiólogos observaron que el tejido adiposo,
que constituye la grasa corporal, debía ser considerado
como un tejido lento ya que absorbe mucho nitrógeno
y lo elimina lentamente. Por lo tanto la obesidad, constituye
un factor que predispone al buceador a padecer enfermedad
descompresiva. Las personas obesas sometidas a ambiente
hiperbárico tardan más tiempo en eliminar
el nitrógeno disuelto en sus tejidos que otras personas
con menor índice de masa corporal.
Lo más importante es ser conscientes que la obesidad
es una enfermedad crónica que genera enfermedades
que pueden ser potencialmente mortales, deteriora y limita
nuestra calidad de vida y además compromete la seguridad
de nuestras inmersiones.
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