MEDICINA
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  Fugas de aire internas
 

Uno de los requisitos indispensables para la realización de cualquier curso de submarinismo en España es la obtención de un certificado médico, puesto que existen una serie de contraindicaciones que impiden el buceo de forma definitiva, y unas contraindicaciones relativas, que temporalmente no permiten a la persona hacer submarinismo hasta su restablecimiento. Dentro de las posibles afecciones a considerar es importante el Neumotórax o Colapso Pulmonar.
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El Neumotórax se puede definir como el resultado de la entrada de aire a presión en el espacio virtual entre los pulmones y la pared interna del tórax, también llamado cavidad pleural. Las pleuras son unas membranas que recubren tanto los pulmones como la pared interna del tórax y constituyen un espacio cerrado. La entrada de aire a presión en su interior conlleva grandes riesgos pues ello supone un colapso, en mayor o menor grado, del pulmón afecto.

Existen varios tipos de neumotórax que se pueden clasificar de acuerdo con la causa:

= Neumotórax espontáneo.
= Neumotórax traumático.

El neumotórax espontáneo afecta con mayor frecuencia a hombres altos y delgados de edades comprendidas entre los 20 y los 40 años. Se produce por la rotura de un pequeño saco lleno de aire llamado bulla, que puede aparecer en el pulmón de forma anómala. Antecedentes familiares y el hábito de fumar, contribuyen a un mayor riesgo de padecer esta afección, así como complicaciones de una enfermedad pulmonar subyacente como asma, fibrosis quística, tuberculosis, etc. Entre el 30% y el 50% de los pacientes con neumotórax espontáneo experimentan recurrencia, pero sin complicaciones a largo plazo. La incidencia es de 1 caso por cada 10.000 personas. Los síntomas frecuentemente aparecen repentinamente y a menudo durante el sueño.
El neumotórax traumático es el resultado de una lesión o accidente directamente en el tórax. Puede producirse por múltiples motivos como, heridas de arma blanca, heridas de bala, accidentes de automóvil, de buceo, inclusive por actuaciones médicas de alto riesgo como algunos tipos de biopsias, anestesias por punción intracostal, etc.
Como consecuencia de un gran volumen de aire acumulado en la cavidad pleural, cualquiera de los dos tipos de colapso pulmonar puede desembocar en lo que se conoce como neumotórax a tensión. En este caso, el aire que entra al espacio pleural, se acumula allí en cada inspiración. Como resultado, se produce una excesiva presión sobre el pulmón, que ocasiona taquicardia grave, hipotensión, desviación mediastínica (el mediastino es el espacio comprendido entre una y otra pleura, y divide el pecho en dos partes laterales), y/o desviación traqueal.

Los síntomas del neumotórax, espontáneo y traumático, son dolor torácico en el lado afectado, dificultad respiratoria, respiración entrecortada, limitación de movimiento en hemitórax afectado con tendencia a doblarse hacia dicho lado, cianosis de piel, labios, debajo de uñas, etc. Aunque dependiendo de la cantidad de aire acumulado en el espacio pleural, la sintomatología varía de muy leve hasta muy grave e incluso muerte.


Centrándonos en los buceadores, y en el caso de que el neumotórax se produzca bajo el agua, cuando el buceador asciende y se produce por tanto la disminución de presión, el volumen de aire encerrado aumenta y empuja el pulmón dañado y al corazón hacia el lado opuesto del tórax. El colapso que se produce y el cambio de posición del corazón produce síntomas de shock, y si son lo suficientemente graves, la muerte.
La auscultación del tórax durante un examen físico revela una reducción de los sonidos respiratorios, y se detecta mediante radiografía de tórax y gases en sangre arterial.

El tratamiento del neumotórax consiste en extraer el aire, por medio de un aparato de succión o jeringa, tras perforar la cavidad torácica, para acceder a la bolsa de aire, llevar a cabo el vaciado y conseguir con ello, la reexpansión pulmonar. Algunos neumotórax pequeños se resuelven por si mismos reabsorbiéndose el aire del espacio pleural.

El neumotórax espontáneo está considerado una contraindicación absoluta por el riesgo de recurrencias, mientras que el neumotórax traumático es una contraindicación relativa debiendo valorarse en cada caso la posibilidad de que el pacienta pueda o no volver a bucear.




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