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MEDICINA
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TEXTO
Y FOTOS: |
Sin
sangre en las arterias |
Fenómeno
de Raynaud |
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Si después de una inmersión el aspecto de
tus manos es parecido al de esta foto, es posible que estés
entre el 5 y el 15% de lapoblación que sufre un desorden
vascular incurable llamado Fenómeno de Raynaud.
El fenómeno de Raynaud se conoce desde 1862 y consiste
en episodios transitorios de interrupción del flujo
sanguíneo en los dedos de pies y manos. Esta interrupción
está provocada por espasmos de las pequeñas
arterias que riegan estas zonas periféricas de las
extremidades. Se sabe que es cinco veces más frecuente
en mujeres que en hombres y que la edad de aparición
El frío y el estrés son los factores clásicos
que desencadenan un episodio de suele estar entre los 18
y los 30 años. este tipo, que suele tener una duración
de pocos minutos hasta una hora. Durante una c se producen
sucesivas alteraciones sensoriales y cambios en la coloración
de la piel: En la primera fase y como consecuencia de la
disminución del aporte de sangre en los dedos, la
piel se torna extremadamente blanca y fría. En la
segunda fase, llamada fase cianótica, el color de
la piel se hace azulado debido a la ausencia de oxígeno
en los tejidos, produciéndose una sensación
de profundo adormecimiento de la zona afectada. Finalmente,
las arteriolas se relajan permitiendo la entrada masiva
de sangre acompañada del enrojecimiento súbito
de la piel y de un hormigueo característico (fase
de hiperhemia), en este momento el ataque ha pasado.
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Los médicos distinguen entre dos clases de fenómeno
de Raynaud: La forma primaria o Síndrome Primario
de Raynaud, de la que se desconoce la causa, y la forma
secundaria o Enfermedad Secundaria de Raynaud, de origen
autoinmune. En el primer caso el sujeto puede sufrir estos
episodios durante años y no desarrollar posteriormente
ningún tipo de enfermedad ni problema médico.
La forma secundaria es mucho menos frecuente aunque de mayor
gravedad ya que suele ir asociada a desórdenes vasculares
y a otro tipo de enfermedades como la artritis reumatoide,
la esclerodermia y otros desórdenes del tejido conectivo.
Existen pruebas diagnósticas para determinar si se
sufre una u otra forma de la enfermedad.Cualquier persona
que sufra este trastorno debe poner atención para
disminuir el número y la severidad de los ataques
pues de esa manera reducirá los posibles daños
en los tejidos afectados. Para aquellos que padecen la forma
primaria de la enfermedad, los médicos suelen aconsejar
tan sólo cambios en el comportamiento del paciente,
de manera que evite en lo posible exponerse a los agentes
que desencadenan las crisis. El tratamiento de la forma
secundaria va acompañado además de la administración
de fármacos.
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Si
eres submarinista y presentas un cuadro de este tipo debes
bucear siempre con guantes y buenos escarpines, evitando las
inmersiones en aguas frías. Controla la pérdida
del calor corporal tanto durante la inmersión como
tras ella. Es recomendable usar traje seco o semiestanco y
llevar siempre ropa de abrigo en el barco. Para no perder
calor por la cabeza conviene que te pongas un gorro en cuanto
salgas del agua. Llevar abordo bebidas calientes también
puede ser útil, pero debes evitar el café y
otras infusiones vasoconstrictoras, recuerda que algunos medicamentos
también contienen sustancias vasopresoras. Si fumas,
conviene que lo dejes pues la nicotina es una sustancia desencadenante
de espasmos vasculares. Es importante que pongas mucha atención
para evitar lesiones en los dedos afectados, ya que cualquier
pequeña herida en un tejido privado de sangre podría
infectarse fácilmente y acarrear complicaciones serias.
En el caso de sufrir alguna erosión en un dedo afectado
por el fenómeno, actúa rápidamente limpiando
la herida y extremando las precauciones para evitar infecciones.
Ante un ataque, mantén la calma y recalienta la zona
afectada lo antes posible pero no sometas tu piel a altas
temperaturas, no te golpees ni te frotes enérgicamente
la zona para evitar heridas. Puedes probar a poner en práctica
técnicas de autosugestión, que están
científicamente documentadas y que consisten en enseñar
a esas pequeñas arterias que se colapsan a relajarse
para resolver el espasmo; para conseguirlo hace falta practicar
pensando en que la sangre inunde la zona y recaliente
los dedos. No todas las personas son capaces de desarrollar
esta destreza.
Lo que si puedes hacer para reducir el número de ataques
es tomar medidas para no exponerte a factores desencadenantes,
hacer ejercicio y seguir un tratamiento nutricional para mejorar
tu sistema circulatorio, la vitaminas E y C, el magnesio y
el calcio, los ácidos grasos omega-3 y omega-6 y los
extractos de Ginkgo biloba se utilizan tradicionalmente en
estos casos, pero siempre debes dejarte aconsejar por un médico
con experiencia en estos tratamientos.
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