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MEDICINA
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TEXTO
Y FOTOS: |
Envenanados
por un buen plato |
La
ciguatera es una intoxicación alimentaria producida por el
consumo de ciertas especies de peces y caracoles tropicales |
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Entre esta
foto de la derecha, y otra en la que estuviesen comiendo una
sabrosa barracuda han pasado sólo 12 horas. Tienen
una intoxicación alimentaria llamada ciguatera.
Los buceadores y turistas que viajan a zonas tropicales y
subtropicales donde la ciguatera es endémica pueden
caer enfermos por el consumo de ciertas especies de peces
y caracolas.
Las toxinas que producen la ciguatera están originadas
por varias especies de dinoflagelados (algas unicelulares)
de las regiones tropicales y subtropicales del Océano
Pacífico y el Mar Caribe. El agente más implicado
en la ciguatera es la ciguatoxina, una potente neurotoxina
producida por el dinoflagelado Gambierdiscus toxicus.
Estos microorganismos suelen vivir sobre las macroalgas de
los arrecifes coralinos y zonas cercanas a las orillas, por
lo que son ingeridos involuntariamente por los peces herbívoros
cuando se alimentan. Los peces carnívoros, al comerse
a peces herbívoros, acumulan a su vez la toxina. De
esta manera, cuanto más grande sea el pez, más
cantidad de toxina ha ido acumulando de forma natural a través
de su dieta.
La toxina se concentra fundamentalmente en el hígado,
intestinos y gónadas, pero también en su carne.
Mientras que los peces no se ven afectados por la toxina,
el hombre es extremadamente sensible.
La ciguatoxina es un veneno complejo y resistente a todo tipo
de tratamiento: deshidratación, salazón, congelación,
cocción, etc.
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La
dificultad para determinar qué pez puede intoxicarnos
y cual no, no sólo estriba en que dicha toxina no le
confiere a las vísceras y carne un color, consistencia
u olor especial, sino que tampoco las especies de peces de
las áreas donde se da esta intoxicación son
siempre tóxicos al mismo tiempo. Por ejemplo, puede
que en un periodo determinado las barracudas de un lugar sean
tóxicas, pero no los pargos, y que meses después
ambos sean ciguatóxicos. Así mismo, peces que
son normalmente inocuos, por lo que son pescados con tranquilidad,
pueden transformarse en tóxicos durante una temporada
debido a la ingestión de dichas algas.
En el hombre, los síntomas y signos del envenenamiento
ocurren entre 15 minutos y 24 horas después. La enfermedad
se manifiesta con desórdenes vasculares, neurológicos
y gastrointestinales de variable intensidad, pudiéndose
presentar todos o algunos de los que a continuación
se enumeran: dolores abdominales, náuseas, vómitos,
diarrea, hormigueo y anestesia en labios, lengua y garganta,
sabor metálico, sequedad de boca, dolor dental, insomnio,
ansiedad, postración, vértigo, espasmos y dolores
musculares, dificultad para caminar, pinchazos en las extremidades,
dolores en las articulaciones, cianosis, erupción cutánea,
sensación de frío, inversión de la percepción
del frío y del calor (lo caliente parece frío
y a la inversa), sudoración abundante, ojos llorosos,
pupilas dilatadas, visión borrosa, ceguera temporal,
dificultad respiratoria, baja tensión arterial, bradicardia,
arritmias y taquicardia. |
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Aunque la enfermedad se autolimita en pocos días,
en los casos más graves los síntomas
neurológicos pueden continuar durante semanas
o meses. Afortunadamente, sólo en algunos pacientes
estos síntomas neurológicos persisten
durante años; y aun menos se dan los casos
en los que meses o años después de la
recuperación se tengan recidivas.
Los casos de fallecimientos por ciguatera son rarísimos.
El diagnóstico de la enfermedad se basa en
los signos, síntomas, y lo que es casi más
importante, en la historia reciente de la dieta alimenticia
del paciente. El área geográfica de
exposición al veneno puede verse ampliada por
el comercio de pesca procedente de estas zonas.
Así que, fuera de dichas áreas endémicas,
la comunidad médica desconoce el problema,
por lo que no achacan el malestar a una intoxicación
alimentaria. De cualquier modo, se sepa o no se sepa
qué motivó la enfermedad, no existe
antídoto contra este veneno.
El tratamiento consiste en atenuar o eliminar los
distintos aspectos del síndrome.
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Hoy
por hoy, la única forma de prevenir la ciguatera
es abstenerse de ingerir peces grandes (meros, pargos,
tiburones, medregales, barracudas, lucios, mujoles,
jureles, escáridos, etc) en zonas donde se presenta
la intoxicación endémicamente. Y si por
desgracia enfermamos de ciguatera, a parte del necesario
tratamiento médico, debemos eliminar de la dieta
tanto el pescado, marisco y nueces, como las salsas
de pescado o marisco y aceite de nueces, durante un
periodo prolongado de tiempo. |
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