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MEDICINA
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TEXTO
Y FOTOS: |
Calambres
durante la inmersión |
La
pérdida de calor. la deshidratación, el esfuerzo o un
bajo nivel de potasio pueden provocar las contracciones involuntarias
de los músculos. |
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El que más el que menos, ha tenido alguna vez un
calambre durante una inmersión. Si eres propenso a
padecerlos debes tomar las debidas precauciones, pues el dolor
puede llegar a ser tan fuerte que te expondrá a verdaderos
aprietos, ya sea bajo el agua o en superficie.
Los calambres son contracciones involuntarias de un músculo
o un grupo de ellos y producen una desagradable sensación
de dolor que suele perdurar durante unos 30 largos segundos.
Cuando se sufren molestias de este tipo, lo más aconsejable
es estirar y masajear el músculo afectado que, durante
una inmersión, se localiza fundamentalmente en las
piernas. El efecto del esfuerzo generado por los gemelos durante
el aleteo, convierte a estos músculos en los más
proclives a sufrir calambres. En este caso, te será
posible estirar el músculo si sujetas con fuerza el
extremo más alejado de la aleta y tiras de ella hacia
ti. Debes avisar a tu compañero de inmersión
y es conveniente abandonar la inmersión tan pronto
como te sea posible. Para comunicarle a tu pareja de que estás
sufriendo un calambre, muéstrale la palma de la mano
con los dedos hacia arriba y ábrela y ciérrala
alternativamente. Confirma que te está viendo. Después
intenta encontrar un lugar al que agarrarte, como alguna roca
o el cabo del ancla y extiende el músculo tirando de
la aleta hacia ti. Mientras cesa el dolor, te será
muy difícil desplazarte e intentarlo puede aumentar
el estrés propio de situaciones de riesgo como ésta.
Comienza la ascensión con un ritmo lento, procurando
no someter el músculo a un mayor desgaste.
Las causas principales de la aparición de calambres
son la pérdida de calor corporal, un bajo nivel de
potasio, la deshidratación y el esfuerzo físico.
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Pérdida de calor
corporal: los escalofríos son contracciones involuntarias
que pueden desencadenar un calambre. Sobra decir que cuando
el frío se hace incómodo, la inmersión
la debemos dar por terminada.
Bajo nivel de potasio: el potasio es un elemento indispensable
para un adecuado control muscular,. Es fácil distinguir
esta causa porque los calambres suelen ser persistentes y
sobrevienen también en ausencia de ejercicio. Lo más
aconsejable es que aumentes en tu dieta los alimentos ricos
en potasio, como el plátano, y que visites a tu médico
para estudiar otras posibles causas para esta deficiencia.
Deshidratación: además de aumentar el riesgo
de lesiones disbáricas, favorece la aparición
de calambres ya que altera la disponibilidad de los minerales
incluidos en el cuerpo humano, como el potasio. Es importante
que lleves agua al lugar desde el que os vais a sumergir y
beber antes y después de la inmersión. Además,
debes prestar atención a tu dieta e incluir productos
frescos y ricos en agua como la fruta y la verdura, sobretodo
en verano y durante los días en que realices inmersiones.
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Esfuerzo
físico, sin duda, es la causa principal de la ocurrencia
de calambres durante la práctica del buceo. La falta
de forma en los músculos es un factor determinante
para la aparición de este tipo de dolencias. Recuerda
que el ritmo más adecuado durante la inmersión
es lento y regular, de esta manera no sobrecargas los músculos
y optimizas tu reserva de aire. Si estás demasiado
cansado, cesa el ejercicio físico y respira profundamente
antes de reanudar los aleteos. Es preferible dejarse llevar
por la corriente que sufrir las consecuencias de un esfuerzo
excesivo. Si tu forma física es mejor que la de tu
compañero, sigue su ritmo y no le pierdas de vista,
podéis llegar a perder el importante contacto visual
entre vosotros y desencadenar una peligrosa situación
en la que el estrés no os permita pensar con claridad,
sobretodo en casos de fuerte corriente o durante largas distancias. |
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