A pesar de ser conocido, esta entidad clínica
es la causante de mayor número de víctimas
entre los practicantes de actividades subacuáticas,
además de ser lo suficientemente significativa en
cifras globales como para que cualquiera que haga del medio
acuático parte de su ocio o de su profesión
conozca algo más acerca del concepto, fisiopatología,
clínica y primeros auxilios del ahogamiento.
Como introducción basta decir que el ahogamiento
es la causa de aproximadamente 140.000 muertes anuales en
el mundo, siendo la mayoría de estas en aguas interiores
y constituyendo la causa más frecuente de mortalidad
infantil accidental. Se define como ahogado a aquella persona
que fallece por asfixia al estar sumergido, o que sobrevive
como máximo 24 horas tras el accidente.
TIPOS
HIDROCUCION:
parada cardiaca súbita al entrar en contacto con
agua fría. Más frecuente en jóvenes.
Se cree que se debe a un reflejo vaso-vagal.
AHOGAMIENTO SIN INHALACION
DE AGUA: constituye el 10-15% de los casos. Se produce
laringoespasmo con oclusión de las vías aéreas
y la muerte sobreviene por hipoxia (falta de oxígeno).
Este cuadro es reversible de inmediato, si el tiempo de
sumersión no excede los límites de la vida.
AHOGAMIENTO CON INHALACION
DE AGUA: es el más frecuente (75-80%). Si
sobrevive puede ocurrir el llamado ahogamiento secundario
horas o días después, como consecuencia de
las complicaciones producidas por esta aspiración
de líquido.
En cuanto a las alteraciones que presentan los ahogados,
son de gran importancia y de diferente naturaleza:
Alteraciones a nivel sanguíneo (cambios en
los electrolitos plasmáticos, volumen y densidad
sanguínea).
Alteraciones a nivel pulmonar (insuficiencia respiratoria,
edema precoz y colapso alveolar).
Alteraciones a nivel neurológico (consecuencia
de la hipoxia cerebral).
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Gran parte de las víctimas presentan obstrucción
de la vía aérea por contenido gástrico
como consecuencia del vómito por la deglución
de gran cantidad de agua. Cuando ocurre en agua dulce y
hay inhalación, se produce una alteración
muy importante del surfactante (sustancia que impregna los
alvéolos y que es imprescindible para un optimo intercambio
gaseoso). Por fenómenos de ósmosis hay un
gran paso de volumen de agua al sistema circulatorio ocasionando
hemodilución, rotura de glóbulos rojos (hemólisis)
y aumento de los niveles de potasio (hiperpotasemia) por
liberación del potasio intracelular. Si se trata
de agua salada, los fenómenos de ósmosis actúan
de manera inversa, teniendo lugar un gran trasudado de líquido
desde el torrente circulatorio hacia los alvéolos,
que ocasiona edema pulmonar precoz y hemoconcentración.
Las complicaciones infecciosas (neumonías) son generalmente
tardías, es decir, tras las primeras 12-24 horas
de evolución del cuadro.
En todo ahogado hay que considerar las situaciones que hayan
podido provocar el incidente, como por ejemplo infarto agudo
de miocardio, arritmias cardíacas, crisis epilépticas,
agotamiento, situaciones de pánico, etc.
El agua fría induce hipotermia progresiva, que puede
producir obnubilación y ahogamiento. Sin embargo,
la hipotermia protege al cerebro de la hipoxia ya que disminuye
el metabolismo neuronal y con este la demanda de oxígeno
por parte de estas células, habiéndose observado
recuperaciones completas después de sumersiones en
agua muy fría durante más de 30 minutos.
NORMAS DE ACTUACIÓN
A efectos prácticos describiremos algunas posibles
situaciones que pueden tener lugar en el medio en el cual
nos desenvolvemos durante nuestras jornadas de inmersión,
así como la pauta a seguir con estos accidentados:
El paciente está hipotérmico, no se
trata de un verdadero ahogado, puede presentar taquicardia
debida a un estado de ansiedad y estar algo desorientado.
Debe ser recalentado, colocado semiincorporado en un lugar
tranquilo y trasladado para ser valorado por un médico
y descartar la posibilidad de una aspiración de líquido
aunque sea mínima.
El paciente presenta hipotermia marcada y gran agotamiento
físico. Pueden asociarse hipotensión y bradicardia.
Desorientación, ligera agitación o por el
contrario hipotonía (más frecuente). Debemos
proceder al recalentamiento corporal, administración
de oxígeno y traslado a un centro sanitario para
su valoración.
Si el paciente presenta además de lo anterior
dificultad respiratoria, ligera cianosis (color amoratado
de la piel y mucosas) y estado de conciencia semicomatoso.
Tomaremos las medidas anteriores prestando atención
a la posición del paciente durante el traslado para
evitar una posible aspiración de un eventual vómito
y requerirá la administración de infusiones
para tratar la hipotensión y compensar la posible
acidosis metabólica por lo que el traslado a un centro
sanitario debe ser urgente.
El verdadero ahogado presenta obstrucción
de las vías respiratorias, hipoxia manifiesta con
pérdida de conciencia y frecuentemente agitación.
Tomaremos las medidas del caso anterior además de
vigilar estrechamente su ventilación. Mantendremos
cerca una cánula de guedel si disponemos de ella
en el material de primeros auxilios para una eventual colocación
en caso de evolucionar hacia un coma.
Existe ya una hipoxia severa, el paciente está
en coma, gran dificultad respiratoria e incluso parada respiratoria,
la parada cardíaca está próxima, cianosis
intensa y pupilas dilatadas (midriasis), hipotonía
generalizada y ausencia de reflejos. Se deben iniciar las
maniobras de RCP (resucitación cardio pulmonar) o
soporte vital básico con ventilación y masaje
cardíaco externo, aviso a unidades de emergencias
o traslado urgente a un centro sanitario sin suspender las
maniobras de RCP durante el traslado. De aquí la
importancia del aprendizaje social de esta técnica
y obviamente por parte de instructores y guías de
buceo.
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