Migraña y jaqueca son dos palabras curiosas. Significan
lo mismo, pero una procede del griego y la otra del árabe.
Se refieren a un tipo de dolor de cabeza muy intenso, que
suele darse en un solo lado de la cabeza y que puede incapacitar
a la persona que lo sufre.
Suele aparecer acompañado de otros síntomas
como nauseas, vómitos y fobia a la luz y al ruido
y se agrava con el movimiento de la persona.
Sus causas se desconocen y posiblemente exista un factor
hereditario. Puede ser provocada por la dilatación
de los vasos sanguíneos de la cabeza y el cuello
o por que se activa el nervio trigémino, que es el
nervio craneal más importante de la cara. Los estudios
realizados sobre esta enfermedad neurológica señalan
que los ataques de dolor de cabeza se desencadenan por una
hiperactividad de las neuronas de determinadas zonas del
cerebro. También, se ha podido averiguar que los
vasos sanguíneos se dilatan ante la presencia de
determinadas sustancias químicas liberadas por las
neuronas o las células inflamatorias.
Se
distinguen dos tipos básicos: la “migraña
con aura” que va precedida de determinados síntomas
que avisan de la consiguiente jaqueca (náuseas, vómitos,
molestias relacionadas con la intensidad de la luz e incluso
visión borrosa y hormigueos en las manos y los labios)
y la “migraña sin aura” en la que no
se presentan esos síntomas previos y que constituyen
el 80 % de las jaquecas.
Estadísticamente, el número de pacientes
que sufren migrañas ha aumentado en los últimos
años en países desarrollados debido probablemente
al estilo de vida y a factores ambientales, suelen sufrirlas
individuos de entre 20 y 50 años, afectan más
a las mujeres que a los hombres y van desapareciendo con
la edad.
El tratamiento de esta dolencia puede acatarse de tres
maneras diferentes: eliminando los agentes desencadenantes,
tratando de controlar los síntomas o tomando medicamentos
preventivos.
Algunos agentes desencadenantes como el estrés,
el insomnio, el hambre o la ingesta de determinados alimentos
se pueden paliar modificando ciertos hábitos pero
otros, como las jaquecas que se producen durante la menstruación,
no se pueden evitar.
Para eliminar los síntomas se recurre a los analgésicos,
un tipo concreto que se usa en la actualidad son los triptanes.
Si los ataques de migrañas se repiten con frecuencia
se recomienda el uso de otro tipo de medicación como
antidepresivos o anticonvulsivos para evitar que el paciente
abuse de analgésicos fuertes.
Los buceadores que suelen leer esta sección ya saben
que es recomendable consultar al médico especialista.
En este caso el neurólogo, y contrastar su opinión
con la de un facultativo con experiencia en medicina hiperbárica.
Si una persona sufre migrañas muy severas debe abstenerse
de bucear ya que los síntomas propios de la enfermedad
podrían desencadenar un accidente de buceo y también
porque determinados medicamentos para tratar las migrañas
llevan sustancias que producen somnolencia, aumentando los
riesgos durante una inmersión.
Durante una revisión médica antes de comenzar
un curso de buceo o para seguir buceando debes explicar
al médico cuantos detalles recuerdes de tu historia
clínica, incluido si sufres o has sufrido migrañas
porque algunos de sus síntomas pueden confundirse
con los propios de la enfermedad descompresiva provocando
una alarma innecesaria a tu instructor, a tus compañeros
y a ti mismo.
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