MEDICINA
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Mas vale prevenir que lamentar
 

Todos hemos oído hablar alguna vez de la Prevención de Riesgos Laborales. Las personas que trabajen en ese sector o que tengan una empresa estarán más familiarizadas con el tema. Para los que no lo estén, en este artículo intentaremos explicar en qué consiste y conocer como se aplica al sector del submarinismo.

La prevención de riesgos laborales en España esta regulada por la Ley 31/1995 para, según se cita en el artículo 2, promover la seguridad y la salud de los trabajadores mediante la aplicación de medidas y el desarrollo de actividades útiles para prevenir riesgos derivados del trabajo. En relación al sector del submarinismo es importante distinguir entre buceo recreativo o profesional. Los buzos profesionales se sumergen cumpliendo un contrato laboral y su actividad está sometida a mayor regulación legal. Además, la actividad subacuática que desarrollan es muy exigente desde el punto de vista físico.

Los buceadores recreativos no desempeñan funciones laborales bajo el agua y por tanto no están afectados por esta legislación. Sin embargo, para los instructores, guías subacuáticos, patrones y cualquier trabajador de un centro de buceo sí que es de aplicación la normativa en vigor sobre Prevención de Riesgos Laborales. El trabajo en un centro de buceo implica riesgos de distinta naturaleza. Exige realizar esfuerzos físicos importantes y exponerse a algunas actividades potencialmente peligrosas. El mantenimiento de las instalaciones, la preparación y transporte de los equipos de buceo, la carga de botellas de aire comprimido, las actividades náuticas y las inmersiones con clientes o alumnos implican riesgos para los empleados que deben ser prevenidos para cumplir con la legislación vigente.

Cargar objetos pesados de modo incorrecto o repetir muchas veces al día determinado tipo de movimiento puede acarrear lesiones posturales. También es posible sufrir caídas o golpes en el trasiego del centro de buceo. La sala de compresores es una zona de alto riesgo para los trabajadores, ya que se manejan máquinas, motores, herramientas y contenedores a alta presión en espacios reducidos.

En la embarcación hay que prevenir los resbalones en cubierta, las heridas con objetos oxidados o punzantes y todo tipo de caídas y lesiones al subir o abandonar el barco. También se deben considerar las quemaduras con el motor, las lesiones por sobreesfuerzo al acarrear equipos de buceo y también las insolaciones y los golpes de calor por exposiciones prolongadas al sol.
En el agua los riesgos a los que se expone el instructor de buceo incluyen los mismos que para cualquier buceador: atrapamientos con redes de pesca o cabos, heridas producidas por contacto con objetos punzantes o con la vida marina, calambres, hipotermias, agotamiento, extravío y toda la gama de riesgos asociados al ambiente hiperbárico al que se somete el buceador (intoxicación por oxígeno, por monóxido de carbono, barotraumas, narcosis, enfermedad descompresiva, sobreexpansión pulmonar, etc.). A esto se debe añadir los riesgos derivados de llevar alumnos a cargo o liderar inmersiones como guía subacuático.

Una vez identificados los riesgos, el siguiente paso es valorarlos y a continuación establecer medidas preventivas para evitar la exposición a esos agentes capaces de producir un accidente. Por ejemplo, a la hora de cargar botellas o cualquier objeto pesado, la forma correcta de hacerlo es colocarnos frente a la carga con los pies abiertos y desalineados para asegurar la estabilidad y flexionar las rodillas en lugar del tronco. Todos los trabajadores del centro de buceo deben recibir información sobre los riesgos que asumen y el modo de prevenirlos. Muchas otras medidas contribuyen a dar seguridad a los instructores y a los responsables de centros de buceo: exponer las normas de utilización del centro y de las embarcaciones, tener un Plan de Emergencia actualizado, preparar las instalaciones para evitar accidentes, equipar los barcos adecuadamente, exigir a los alumnos y clientes los requisitos de participación para realizar actividades subacuáticas como el certificado médico específico para buceo, mantener una buena formación técnica y teórica del personal organizando cursos de formación y reciclaje, tener formación en primeros auxilios, mantener los equipos de buceo en perfecto estado, adecuar las actividades del centro a las condiciones atmosféricas y al estado de la mar, etc. La prevención de riesgos en el barco pasa por un correcto mantenimiento de la embarcación, contar con el equipamiento de seguridad exigida por la normativa (chalecos salvavidas para todos los tripulantes, kit de señalización de emergencia y equipo de oxígeno), prevenir accidentes informando al pasaje sobre el modo de acceso al barco tanto desde tierra como desde el agua y llevar un buen botiquín de primeros auxilios. Todas las empresas que desarrollen su actividad en territorio nacional, y por tanto también las del sector de buceo recreativo, deben aplicar la Ley de Riesgos Laborales. En muchos casos se trata de microempresas para las que cumplir con esta legislación supone un enorme esfuerzo. Sin embargo, debemos ser conscientes de la utilidad e importancia de proteger y garantizar la seguridad de los trabajadores, sobretodo en este sector expuesto a riesgos especiales.


 
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