Muchos de nosotros esperamos la llegada del buen tiempo para sumergirnos de nuevo y planificar las inmersiones que nos ilusionan durante del año. Tenemos que ponernos al día. Es conveniente revisar y realizar el mantenimiento completo del equipo de buceo y si ha pasado mucho tiempo desde la última inmersión realizar un refresco en con un instructor. Debemos comprobar que tenemos y están actualizados el titulo de buceo, el certificado médico de buceo y el seguro de accidentes y responsabilidad civil. Cuando prepara el equipo, el submarinista debe dar importancia a los pequeños detalles y no confiar esta tarea a otras personas.

En relación con la prevención de los accidentes de buceo además de cumplir las normas básicas de seguridad es muy útil conocer el plan de emergencia del centro de buceo para afrontar con rapidez situaciones urgentes. Si el accidente no se ha podido evitar tendremos en cuenta que existen dos cuestiones relevantes y muy bien diferenciadas: la asistencia médica y la cobertura de los gastos. Para recibir asistencia médica llamaremos lo antes posible al centro médico o cámara hiperbárica pertinente. Es preferible utilizar teléfonos fijos o un móvil para poder recibir llamadas de retorno con consejos y solicitud de información por parte del personal sanitario. El plan de emergencia debe especificar dónde se localiza el Centro de Medicina Hiperbárica más cercano y si existe alguno especialmente recomendado aunque esté más lejos.

Si buceamos en España, es una buena garantía que la cámara hiperbárica pertenezca al Comité Coordinador de Centros de Medicina Hiperbárica (CCCMH). La CCCMH es una entidad sin ánimo de lucro que controla la calidad de los Servicios de Medicina Hiperbárica de nuestro país. Todos los centros afiliados a esta entidad aplican el mismo protocolo de recompresión y tratamiento teniendo en cuenta las investigaciones más recientes en medicina de buceo. Es totalmente desaconsejable acudir a cámaras hiperbáricas que no estén instaladas en centros médicos.

Un vez que hemos recibido asistencia médica, que obviamente es lo prioritario, nos preocuparemos de la cobertura de los gastos médicos. Las facturas relacionadas con el traslado de la persona, la recompresión y la hospitalización suelen ser elevadas pero recaen en la compañía de seguros con la que hayamos contratado el seguro. Esta fase no deja de ser una tarea administrativa. Igual que ocurre con otro tipo de seguros, una vez que la compañía ha verificado lo ocurrido asumirá los gastos derivados del accidente de buceo que estén incluidos en la póliza contratada. En muchos casos el propio centro médico pasa las facturas directamente a la compañía de seguros, pero en otros, seremos nosotros mismos los que hagamos esta gestión. Por tanto es importante solicitar y conservar copia de todas las facturas. Además, tendremos que remitir a la compañía una declaración de accidente y el informe médico.

El seguro de buceo nos cubrirá siempre que la actividad se realice de acuerdo a las directrices y recomendaciones de práctica segura establecidas por los Organismos de Autoridad en el Buceo. Por lo que, una vez más, recomendamos practicar un buceo divertido pero seguro.