MEDICINA
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PRIMEROS AUXILIOS A BORDO
 

Todos deberíamos tener los conocimientos necesarios para identificar y atender las situaciones de emergencia en las que está comprometida la respiración de una persona, el latido de su corazón o ambas situaciones. La ausencia o retraso de asistencia adecuada en los primeros minutos de estos episodios reduce la probabilidad de sobrevivir entre el 30 y el 50%.

Esta consideración es aun más relevante si buceamos y, más concretamente, cuando vamos a hacer un viaje de buceo o planificamos vivir a bordo.

Además de la adecuada formación de los tripulantes, el barco debe disponer de los medios necesarios, tanto materiales como logísticos, para afrontar de manera adecuada cualquier emergencia médica.

La presencia de un botiquín de primeros auxilios a bordo es obligatoria y debe adecuarse al tipo de travesía que se va a realizar. No llevaremos lo mismo para bucear una mañana a unas millas de la costa que para hacer un viaje transoceánico con inmersiones en una montaña submarina a 15 horas del centro médico más cercano.
Si acudimos a la farmacia y adquirimos un botiquín ya preparado ahorramos tiempo, pero si lo componemos nosotros mismos se ajustará mejor a nuestras necesidades. Una buena recomendación es envolver todos los elementos en bolsas plásticas de autocierre, y quitar los embalajes innecesarios para ganar espacio teniendo en cuenta que cada medicamento conserve el folleto de prescripciones médicas.

En travesías de envergadura, todos los tripulantes deben estar vacunados contra el tétanos para evitar graves infecciones en heridas y cortes. Y, en el caso de viajes al trópico, seguir las indicaciones para prevenir enfermedades tropicales. Asimismo es preferible que todos los viajeros, tripulación y pasaje, estén apendicectomizados.
Es imprescindible llevar anotada la historia clínica de cuantas personas se embarquen, no supone mucho esfuerzo y puede ayudar en un momento crítico. De cada persona podemos registrar los datos personales, grupo sanguíneo, factor Rh, talla, antecedentes sobre alergias, presión sanguínea, si ha tenido problemas cardíacos o traumáticos, epilepsia, diabetes y si se administra alguna medicación. Esta información será de gran utilidad si tenemos que informar al servicio médico a través de la radio.

El responsable abordo tiene la obligación de informar sobre las normas básicas de seguridad a cuantas personas se embarquen. Recomendando además que cada uno cuide de si mismo, evitando exposiciones largas al sol y al frío innecesario, equiparse adecuadamente, pensar antes de maniobrar para prevenir heridas y traumatismos, etc.
La atención de emergencia se divide en asistencia primaria, para combatir situaciones en las que esta en peligro la vida del paciente, y en asistencia secundaria cuando no esta comprometida la vida del paciente.

La asistencia primaria incluye la evaluación de la línea vital del paciente que se conoce como los “ABCDS”. Estas siglas corresponden a los términos en inglés pero también se puede adaptar para recodarlo en español: evaluar la situación, Avisar al servicio médico y abrir la vía de aire, Buscar la respiración y Brindar respiración de rescate, verificar Circulación y aplicar compresiones en el pecho, Defibrilación, manejo de Sangrado intenso, de un shock o de una lesión en la medula espinal. Las compresiones en el pecho es lo que se conoce como RCP (Reanimación Cardiopulmonar). Estas maniobras no solo se realizan ante un infarto, sino también ante paradas cardiacas derivadas de ahogamiento, descargas eléctricas o de un rayo, asfixia por humo o gas, ingestión de drogas o cualquier situación que conlleve un fallo del corazón.
En la asistencia secundaria debemos evaluar al paciente para reconocer e informar sobre el alcance de la lesión o enfermedad, aprender a aplicar vendajes y entablillar dislocaciones o fracturas.


 
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