MEDICINA
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Hace un frío que pica
 

Aunque resulte difícil creerlo hay personas que son “alérgicas” al frío. Padecen un tipo de afección que se denomina urticaria a frigore que se produce por la exposición a estímulos fríos como bajas temperaturas, viento, contacto con ciertos objetos e incluso por la ingestión de alimentos o bebidas frías.

Las alergias se producen cuando el sistema inmune de una persona reacciona a sustancias o situaciones que generalmente son inocuas. Así, la urticaria a frigore es una reacción alérgica con manifestaciones cutáneas consistentes en brotes agudos de habones rojizos que producen picor.

Otras alergias pueden ser más complejas y cursar con síntomas muy variados dependiendo de la causa y la parte del cuerpo a la que afecten. Pueden incluir, prurito (o picor de la piel), producción de moco, congestión nasal, tos, espasmos musculares, diarreas o cólicos estomacales y también urticaria.
Estas lesiones pueden presentarse de forma localizada o bien afectar a gran parte de la superficie corporal. Se producen por la liberación de sustancias pro-inflamatorias en la piel como, la histamina. Si la persona no siente picor, sino más bien sensaciones de hormigueo, hinchazón e incluso dolor, no se habla en este caso de urticaria sino de angioedema. En estos casos, la extravasación de líquido afecta a la región más profunda de la piel y se produce principalmente en ciertas zonas del cuerpo como lengua, ojos, genitales, etc. Es decir, que urticaria y angioedema son diferentes manifestaciones del mismo proceso y pueden presentarse de forma aislada o conjunta.

Las causas más habituales que provocan una urticaria, son en primer lugar los medicamentos, y con menor incidencia, los alimentos o las picaduras de insecto. Estas manifestaciones afectan al 20% de la población en algún momento de su vida aunque desaparecen rápidamente. Pero además, existen otro tipo de urticarias causadas por fenómenos físicos, como la urticaria solar, la urticaria acuagénica, o la que nos ocupa, la urticaria a frigore. Éstas se manifiestan sólo cuando aparece el factor desencadenante del proceso. Desgraciadamente el origen de este tipo de urticarias es, en muchos de los casos, desconocido.

Podemos diferenciar distintos tipos de urticarias al frío y su clasificación admite diferentes criterios. Así distinguimos: familiares o adquiridas, si existen o no antecedentes familiares;
o típicas o atípicas según el resultado que se obtenga de las pruebas de contacto con el frío.

La prueba más utilizada para confirmar el diagnóstico de esta patología es el test del cubito de hielo. Consiste en aplicar hielo en el antebrazo del paciente durante 5 minutos. Pasados 10 minutos se observa si ha habido o no reacción. Como son frecuentes los falsos negativos, si la prueba es negativa pero se sospecha que la persona realmente tiene esta patología, se repite de nuevo esta vez realizando la inmersión del brazo en agua e incluso, en determinadas circunstancias, podría llevarse a cabo la exposición total al frío haciendo permanecer al paciente en una habitación a muy baja temperatura unos minutos.

Además de los factores genéticos que pueden predisponer a la persona a padecer esta afección, en principio tan extraña, se han descrito casos de urticaria al frío tras infecciones virales, picaduras de insectos, cambios de alimentación, estrés, etc. Muchos pacientes superan el problema en un plazo determinado de tiempo sin saber las causas de por qué se produjo inicialmente.

La aparición de los habones surge a los pocos minutos de la exposición al frío. Se limitan a la zona de aplicación cuando la urticaria se produce por el contacto con los objetos fríos, por ejemplo, en la boca cuando se toman alimentos o bebidas frías, y en las áreas del cuerpo no tapadas cuando el ambiente es frío.
El tratamiento de la urticaria a frigore consiste en el uso de antihistamínicos de un tipo o de otro teniendo en cuenta que los efectos secundarios de somnolencia resultan bastante engorrosos para la vida cotidiana. Este tipo de medicamentos ayuda a aliviar los síntomas pero no previenen futuras reacciones. La prevención es el mejor mecanismo para evitar esta urticaria.

Estamos aún en pleno invierno y el agua está fría, pero muchos, a pesar de todo, no pueden resistirse a realizar alguna inmersión. Si el buceador padece esta dolencia la mejor recomendación es, o evitar la exposición al frío, o abrigarse adecuadamente y entonces a ¡bucear!.


 
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