MEDICINA
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El oxígeno puede ahogarnos
 

Ya en el año 1878 el fisiólogo y político francés, Paul Bert, observó, experimentando con animales en condiciones controladas, que el oxígeno respirado a determinada presión parcial resulta tóxico para el organismo provocando síntomas a nivel del sistema nervioso central. Este fenómeno se conoce como intoxicación aguda del oxígeno o efecto Paul Bert.

Cualquier buceador debería conocer este fenómeno y sus implicaciones pero especialmente aquellos que bucean con una mezcla de aire enriquecido o nitrox.

Buceando con nitrox se debe respetar una profundidad máxima de seguridad de manera que la presión parcial de oxígeno que respiramos nunca supere el valor 1.4 ata. Las profundidades máximas permitidas para cada mezcla de aire enriquecido son, en general, inferiores a las habituales para el buceo con aire comprimido. Para tener una referencia, si buceamos con aire se alcanzan 1.4 ata a 57 metros de profundidad mientras que si buceamos con NITROX 36 la alcanzaríamos a 29 metros.

En el buceo con nitrox el riesgo de una intoxicación aguda con oxígeno, puede ser igual o más importante que el riesgo de una narcosis por nitrógeno. Pero, a diferencia de la narcosis, la intoxicación por oxígeno no presenta síntomas previos de alarma y la probabilidad de sobrevivir es mínima.

Se cree que el oxígeno provoca cambios metabólicos en las células del sistema nervioso central que se traducen en manifestaciones neurológicas como alteraciones visuales y auditivas, convulsiones, nauseas o irritabilidad, etc.

Los síntomas aparecen sin previo aviso. Por esta razón, cualquier buceador debe ser capaz de identificar si su compañero esta sufriendo un posible envenenamiento por oxígeno.

Veamos las fases en que se manifiesta:
Fase prodrómica, puede no presentarse esta fase. Aunque la duración y composición son variables se manifiestan estos síntomas comunes: alteraciones visuales, taquicardia, nauseas, nerviosismo, etc.

Fase tónica, el buceador sufre una contractura muscular generalizada, su cuerpo esta rígido y pierde la consciencia. No debemos intentar subirle porque, al tener bloqueadas las vías respiratorias, podría sufrir sobrepresión pulmonar. Para ayudarle, debemos esperar y controlar que no pierde el regulador.

Fase clónica o convulsiva, durante aproximadamente un minuto el buceador experimenta convulsiones, relajación de esfínteres y continua sin respirar. Es similar a una crisis epiléptica. Aunque es aparatoso, el principal riesgo que corre buceador es que se puede morder la lengua o perder el regulador.

Fase de depresión postconvulsiva, de relajación muscular, comienza a respirar de un modo rápido y recupera la consciencia. Esta fase dura unos 15 minutos. Es en este momento cuando podemos ayudarle a subir a superficie controlando que respira de modo normal y mantiene el regulador en la boca.

Las consecuencias de un cuadro de este tipo pueden ser graves por ahogamiento, sobrepresión pulmonar o enfermedad descompresiva. La forma de prevenirlo es apartar al buceador de la fuente de hiperoxia en la fase previa y que no llegue a la fase de convulsiones, de ahí la importancia de reconocer los síntomas.

Tras un episodio de este tipo no quedan secuelas, lo más grave que puede ocurrir es que durante la inconciencia pierda el regulador, que se haya mordido la lengua. Si nada de esto ocurre lo que si notará es cansancio, dolores musculares y quizá dolor de cabeza.

 

 
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