ESCENA: Primer día de clase,
Curso de Iniciación de Buceo.
INSTRUCTOR: Recordad la regla de oro
del buceo con equipo autónomo: “Nunca, nunca
contener la respiración”.
ALUMNO: ¿Porqué?
Si durante el ascenso de una inmersión con equipo
autónomo aguantamos la respiración estamos
impidiendo que el aire en expansión salga de los
pulmones, aumentando peligrosamente la presión intrapulmonar.
El exceso de presión en los pulmones puede provocar
varias lesiones pero quizá la más grave es
la aeroembolia
o embolia arterial gaseosa. Una embolia se produce cuando
un cuerpo extraño entra en el torrente sanguíneo,
es arterial si se produce en el lado arterial del sistema
circulatorio y gaseosa porque ese cuerpo extraño
es una burbuja de gas, en este caso el aire que respiramos
de la botella.
La sobrepresión pulmonar provoca que burbujas de
aire entren en la circulación sanguínea rompiendo
el epitelio de los alvéolos y de los capilares que
los tapizan.
Estas burbujas, que han pasado al torrente sanguíneo,
circulan a través de la vena pulmonar (que lleva
al corazón la sangre oxigenada) llegando a la aurícula
izquierda - ventrículo izquierdo y desde allí
son impulsadas a la circulación arterial sistémica.
Este aire puede alojarse en cualquier parte del sistema
circulatorio provocando graves daños en el organismo
al impedir que el flujo de sangre llegue normalmente a los
tejidos.
Por ejemplo, si al salir del corazón, las burbujas
suben por las carótidas que riegan el cerebro puede
producirse una aeroembolia cerebral. Si las burbujas entran
en la arteria coronaria que irriga el corazón, se
puede bloquear el riego y aparecer un infarto.
Los efectos ocasionados por una embolia gaseosa son más
drásticos que los derivados de la enfermedad descompresiva
y requieren una actuación rápida si se quiere
salvar la vida del buceador.
Uno de los principales síntomas es la perdida de
conciencia inmediatamente o poco después de salir
del agua. Si esta pérdida de conciencia ocurre en
los últimos metros antes de alcanzar superficie se
puede complicar con el ahogamiento. Además, pueden
sobrevenir vómitos, confusión, cefaleas, vértigo
y parálisis. En los casos graves el paciente sufre
hemiplejia derecha porque, cuando ocurre una embolia cerebral,
es frecuente que se vea afectada la mitad izquierda del
cerebro.
Para hacernos una idea, cuando los pulmones están
llenos de aire comprimido, un ascenso de solo un metro aguantando
la respiración puede provocar una embolia de este
tipo. Por esta razón no deben menospreciarse los
riesgos de buceo en piscina.
Los problemas asociados a contener la respiración
cuando se bucea son muy serios pero fáciles de evitar:
realizar un ascenso controlando la espiración sobre
todo en los últimos metros que es donde más
se acusan los cambios de volumen y presión y nunca,
nunca contener la respiración.
Si la situación exige un ascenso rápido a
superficie emplearemos la técnica “ACEN”
Ascenso Controlado de Emergencia Nadando que consiste en
ascender lentamente aleteando mientras exhalamos de manera
continua emitiendo el sonido Ahhhhhhhhhhh. Este ejercicio
se práctica durante las sesiones de aguas confinadas
del curso de iniciación.
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