Una de las cuestiones que los submarinistas tienen en
cuenta cuando planifican una inmersión es la temperatura
del agua. Aguas demasiado frías o demasiado calientes
pueden “aguar” la fiesta de buceo. Veamos porqué.
Buceando, nuestro cuerpo esta preparado para hacer frente
a los cambios de temperatura, pero si la diferencia de temperatura
entre el cuerpo y el agua es muy grande puede producirse
el “estrés térmico”. Existen dos
tipos: hipertermia, cuando el cuerpo gana calor o hipotermia
cuando lo pierde de manera descontrolada.
La hipertermia se desencadena por varias razones, generalmente
actuando de modo conjunto: temperatura del agua por encima
de 28 ºC, hidratación insuficiente del submarinista
y traje de buceo demasiado grueso. Para evitar esta última
causa podemos retrasar el ponernos el traje hasta el último
momento o abrirlo a tiempo si aparecen síntomas de
sobrecalentamiento.
Buceadores
atentos detectan cuándo su compañero esta
incómodo, fatigado, no se centra, se siente débil,
tiene ganas de vomitar o le dan calambres, estas señales
pueden indicar que está experimentando un episodio
de hipertermia.
Para ayudar a un buzo que ha pasado por esta situación
se debe tratar de bajar la temperatura de su cuerpo trasladándolo
a una zona fresca y en sombra. Podemos aliviarle con un
paño empapado en agua fría y hielo en determinadas
zonas del cuerpo como el cuello, la ingle o las axilas.
Además, debemos conseguir que se hidrate adecuadamente
haciendo que beba abundante agua.
Si el caso es más grave deberán ser los profesionales
médicos los que traten al buceador, no hay que olvidar
que un golpe de calor severo es una condición que
pone en peligro la vida de la víctima.
El caso contrario, la hipotermia, ocurre en inmersiones
en aguas frías o en buceadores con equipamiento insuficiente.
La hipotermia cursa con fuerte tiritona que no puede ser
controlada por la victima. Se comprueba el enfriamiento
intenso de la piel ya que se produce la vasoconstricción
de los vasos sanguíneos. En este tipo e hipotermia
el sujeto permanece consciente y se mantiene así
hasta que se alcanzan los 34ºC. Si la temperatura desciende
más, la hipotermia pasa a ser una condición
grave, con alteración de la consciencia, incapacidad
de responder y con riesgo para la vida de la víctima.
En estadios avanzados la víctima deja de tiritar
y se siente cómodo porque la sangre se distribuye
hacia zonas periféricas y aunque ya no siente frío
esta perdiendo calor de manera incontrolada. Aparece el
adormecimiento y la falta de coordinación. Si no
se recibe atención médica urgente, la víctima
pierde la conciencia y entra en coma.
El tratamiento de primeros auxilios básicos consiste
en preparar un baño caliente a unos 38 a 44º
C, abrigando a la víctima con ropa seca y mantas
y mejorar la hidratación obligando la ingesta de
agua tibia. Los cuidados avanzados deben ser suministrados
por personal sanitario y consisten en la administración
de medicamentos y en perfusión de suero atemperado.
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