MEDICINA
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El cuarto oscuro de los buceadores
 

El cuarto de carga de botellas es un espacio, en la mayoría de los casos reducido, donde las personas que trabajan en el centro de buceo pasan muchas horas de su jornada laboral. ¿Qué contratiempos pueden ocurrir entre estas cuatro paredes?

Conviene puntualizar que existe una normativa específica que establece las condiciones de seguridad para las instalaciones de recarga de contenedores de aire comprimido. Se trata de la instrucción técnica complementaria ITC EP-5 (Boletín Oficial del Estado Nº 31, 5 de febrero de 2009).

Aun cumpliendo todas las precauciones y medidas de seguridad recogidas en estas normas, pueden ocurrir accidentes en los cuartos de carga. Muchas veces estos sucesos están relacionados con malas prácticas o con falta de concentración en la tarea de los técnicos responsables.

Las lesiones más graves que pueden acontecer en el cuarto de carga son las derivadas de la onda expansiva provocada por la explosión de una botella. La onda expansiva es un desplazamiento de una masa de aire desde el punto donde se ha producido una explosión y que genera una onda inicial de presión positiva o hiperpresión y otra posterior de succión.

Al tratarse de un espacio cerrado la onda choca contra las paredes generándose nuevas ondas que incrementan la magnitud del episodio.

En realidad no provoca efectos aislados sino un cuadro de diversas lesiones como fracturas óseas o musculares, destrucción de tejidos blandos que ofrecen poca resistencia a los golpes violentos, penetración de cuerpos extraños, etc.

Debido al aumento de presión se van a ocasionar lesiones a nivel pulmonar como roturas en los alvéolos que dificultan la cesión de oxígeno a la sangre y encharcamiento de los pulmones, roturas en la tráquea y los bronquios, estallido del estómago o de las asas del intestino, hemorragias cerebrales si la onda expansiva incide directamente sobre la cabeza o si la presión se transmite desde los vasos sanguíneos del cuello a los vasos cerebrales. Además se pueden producir traumatismos acústicos por lesiones en el tímpano, la cadena de huesecillos y el laberinto, con el consiguiente cuadro de sordera y vértigo.

La gravedad de las lesiones puede depender de varios factores como la distancia que separa a la persona del lugar donde ha reventado la botella, la posición con respecto a la onda expansiva, el tamaño del recinto y su grado de hermeticidad, la constitución física o la resistencia de la persona, etc.

También puede ocurrir que salte un latiguillo o una grifería produciendo heridas y traumatismos al impactar con el cuerpo. Y, obviamente, toda una serie de posibles accidentes como quemaduras, daños causados por correas trasmisoras de movimiento, intoxicaciones por gas, electrocuciones, golpes de calor, resbalones en un charco de aceite del compresor o cortes con objetos metálicos oxidados.

Los riesgos laborales incluyen también lesiones derivadas del trabajo repetido en estos ambientes, como la disminución de audición, los esguinces en muñeca, hombro y cuello, el deterioro de la piel en las manos o las lesiones de espalda asociadas a la carga de pesos.

Afortunadamente también es mucho el tiempo en el que el compresor esta funcionando en el cuarto de carga sin nadie dentro lo que evita muchos daños personales.


 

 
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